Esta y otras dudas como “Estoy muy estresado”, “No creo que entre a la universidad”, “No me van a aprobar la beca”, tienen solución: una experta te ayuda
Esta y otras dudas como “Estoy muy estresado”, “No creo que entre a la universidad”, “No me van a aprobar la beca”, tienen solución: una experta te ayuda
“Si el joven que se encuentran en su año senior de escuela superior no se preparó bien, [no solo] va a ser un momento de mucha emoción, sino que [también] va a ser de mucha incertidumbre y un poco de miedo porque no tiene el conocimiento de lo que tiene que hacer. Como debe hacerlo todo a la vez, esa desorganización trae mucha confusión. En cambio, aquel estudiante que se preparó puede disfrutar un poquito más este proceso porque conoce las fechas importantes, sabe hacia donde se tiene que dirigir y cuáles son los documentos que tiene que entregar”, explicó la doctora Nelissa Domínguez Dávila, consejera profesional licenciada.
De igual forma, el cambio a la vida universitaria implica muchos procesos que, muchas veces, tienen un impacto a nivel emocional.
Este proceso de selección, gestión de solicitudes y búsqueda de documentos debe realizarse con la ayuda de adultos, ya sean los padres o tutores, como personal capacitado en consejería.
“La madurez no es suficiente. Cuando un adolescente te dice: ‘quiero ser contable, médico, arquitecto’, ¿[su decisión está] basada en qué? Tenemos que ir a la experiencia. ¿Qué oportunidades ha tenido para conocer a ese profesional? Es necesario que sepa que todas las profesiones tienen algo bueno, algo malo, algo regular y algo que quizás no nos encanta tanto. ¿Basado en qué toma esa decisión?”, cuestionó la consejera profesional licenciada.
Para tener esa certeza de la carrera que seleccionan, Domínguez recomendó indagar más a fondo acerca de la profesión. “Lo importante es tener la información para poder tomar una decisión correcta. Pueden ver si hay cursos electivos, entrevistar a un profesional del área que les gusta y tener acceso al currículo, prontuarios y catálogo de la universidad para saber en qué se están metiendo. Si no tienen esa información, puede ser una decisión errada”, advirtió.
Tomando en consideración su experiencia como consejera profesional licenciada, la doctora Domínguez, expuso las dudas más frecuentes de los jóvenes y cómo pueden atenderse.
Esta incertidumbre es común. A menudo, sienten presión por tomar una decisión que podría definir su futuro, lo que puede llevarles a la confusión o a la frustración.
Solución:
El estudiante debe tomar la prueba de carrera, que es una herramienta de autoanálisis que le permite identificar cuáles son sus habilidades, destrezas e intereses profesionales. A través de pruebas vocacionales y exploración personal pueden conocerse mejor.
Esta prueba debe ser discutida; no es que se la den y le digan: ‘saliste alto en ciencias o en sociales’, sino que el estudiante pase por el proceso. Además, deben explorar la profesión, ya sea por medio de algún profesional o currículos, para que ese joven pueda discernir, de acuerdo con su gusto y habilidades, si son clases que le llaman la atención.
Muchos piensan que si no tienen el promedio adecuado se van a quedar sin estudiar en la universidad.
Solución:
La realidad es que los jóvenes deben saber que hay una universidad para cada estudiante y para cada carrera. No todo el mundo va a tener 4.00 de promedio. Es importante que el estudiante sienta calma y sepa que hay alternativas adicionales que pueden ir ligadas a sus intereses. Por eso, orientarse con una consejera puede ayudar a explorar las alternativas existentes.
Hay quienes se sienten en desventaja por no haber estudiado en un colegio, o no tener conocimiento en el idioma inglés.
Solución:
Si ya te sientes en una desventaja, no puedes mirar hacia atrás, sino que tienes que buscar alternativas que te aporten. Puedes buscar herramientas gratuitas, ya sea prepararte en algún idioma, realizar algún proyecto de servicio comunitario o matricularte en clases que te adelanten cursos universitarios a través de las universidades públicas o privadas.
Son muchas las fechas límites del proceso de admisión a la universidad y a eso se le añade trabajar el College Board o el SAT, que también requieren de una preparación. Además de las presiones, ya sea por las redes sociales, la familia o porque se comparan, su pensamiento se nubla, lo que no les ayuda a tomar buenas decisiones.
Solución:
Busca un recurso en la escuela que te ayude a balancear o a equilibrar las emociones respecto al manejo de la presión para pensar más claramente. Además, puedes crear un calendario con todas las fechas importantes y compartirlo con tus padres para que te ayuden a recordarlo.
Es importante orientarse antes de descartar opciones. El desconocimiento de no realizar gestiones por pensar que no puedes, cuando, quizá, esa universidad no te requiere la prueba del SAT, puede resultar en una oportunidad que no puedas aprovechar.
Solución:
Tenemos que investigar, y leer cuáles son los requisitos y la puntuación mínima porque, a lo mejor, te estás añadiendo una presión demás y vas a poder solicitar a una universidad que no te requiera un examen estandarizado porque muchas universidades son test optional.
Hay padres y estudiantes que deciden no llenar la FAFSA porque piensan que sus ingresos son demasiado altos y se privan de pasar por el proceso de evaluación.
Solución:
Deben llenar todas las solicitudes de ayudas económicas posibles, empezando por la FAFSA, porque, cuando la universidad va a desembolsar fondos federales, el requisito es haber sometido la FAFSA.
La autora es periodista colaboradora de Suplementos.
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