La comparsa de cabezudos de las Fiestas de la Calle San Sebastián está atada a los orígenes de esta celebración, que comenzó en 1954
La comparsa de cabezudos de las Fiestas de la Calle San Sebastián está atada a los orígenes de esta celebración, que comenzó en 1954
Suenan los panderos y se enciende la alegría en las tradicionales Fiestas de la Calle San Sebastián, por donde suben y bajan unas figuras gigantes que, al ritmo de la plena, se desplazan por el lugar.
Así, con su contagiosa cadencia, ponen a todos a bailar, pues su magnetismo irrechazable sucumbe a muchos al pasar, desplegando un regocijo por el inicio de la festividad.
Se trata de la comparsa de cabezudos de la San Sebastián, cuya historia en Puerto Rico está atada a los orígenes de esta celebración que comenzó en 1954 cuando el padre Juan Madrazo, de la Iglesia San José, organizó las fiestas con el propósito de recaudar fondos para la parroquia que estaba en deterioro.
Pero, antes de dar rienda suelta al festejo en el que se honraría a San Sebastián, el religioso católico viajó a su natal España para ver cómo se hacían estas festividades.
La historia detalla que, allí, en la Madre Patria, el cura observó “que sacaban estas estructuras gigantes, alusivas a personajes, santos o cualquier otra personalidad que hubiera sido destacada en el pueblo”.
Entonces, “el padre Madrazo trajo esa idea a Puerto Rico”, según relató Víctor Manuel Rivera Flores, director del Departamento de Arte y Cultura del Municipio de San Juan, al señalar que el religioso quería “crear un concepto para que el puertorriqueño se uniera a la festividad y la sintiera como suya”.
De esa manera, nacieron los cabezudos de las Fiestas de la Calle San Sebastián que, en su primera etapa, documentada entre 1954 y 1959, resalta que “los primeros cabezudos fueron unos Reyes Magos”.
“Además de esos cabezudos, el padre también involucró unos cabezudos que eran los Reyes de España para que el puertorriqueño tuviera ese concepto, ya que nuestra génesis, en sentido cultural, viene de España”, detalló.
Sin embargo, luego del traslado del cura a otra iglesia, las fiestas dejan de celebrarse hasta la década del 1970, cuando el entonces director del Instituto de Cultura Puertorriqueña (ICP), Ricardo Alegría, le pidió a la gestora cultural, Rafaela Valladares, que retomara la festividad.
Fue entonces cuando surgieron los nuevos cabezudos con personajes típicos que representan la cultura puertorriqueña, entre estos, Toribio, El General y Juan Bobo y su puerca, entre otros.
Según Rivera Flores, “ahí es donde viene el General, un personaje pintoresco que se pasaba la mayor parte del tiempo en el Viejo San Juan durante la década de 1970”.
Otro personaje que honraron con un cabezudo fue Toribio, “que era un personaje de cuna humilde, una persona que nació en Cataño para 1897 y se crió en el sector de Ballajá. Esta persona era el rey del güiro porque iba tocando el instrumento típico por las calles del Viejo San Juan”. Igualmente, “estaba la Jíbara, que venía a la ciudad vestida de tal manera que era reconocida por la gente, con su pañuelo y sus flores”.
“En aquel momento, los cabezudos eran confeccionados con piezas de foam a las que se les daba forma, además de pintura y pega. Eran un tipo de máscaras grandes. Tenemos a Diplo, Arturo Ramón Máximo Ortiz, considerado uno de los mejores actores cómicos en la historia de Puerto Rico”. Igualmente, Juan Bobo y su puerca, que se insertaron dentro de la historia cultural puertorriqueña. También está el coquí, que es el animalito que nos representa como puertorriqueños. Para 1980 se involucran otros elementos, pero esos fueron los primeros que salieron”, apuntó.
Entretanto, la década del 1980 trajo consigo otras figuras relevantes en la historia cultural del país, entre estas, “el cabezudo de José Miguel Agrelot, don Cholito, que por varias décadas trabajó en la televisión y la radio puertorriqueñas”.
“Igualmente, el cabezudo de Maso Rivera, un talento de la música típica. También se involucró a doña Felisa Rincón de Gautier, que fue la alcaldesa de San Juan por 22 años, y también a Alfonsa Villamonte Vera, ‘La billetera’, la señora que vendía billetes por el Viejo San Juan hasta que cumplió 85 años”, apuntó.
Para la década del 1990, de acuerdo con el también director de las Fiestas de la San Sebastián 2025, “se involucró a otro tipo de cabezudo que se hace con un tipo de barro que va haciendo la máscara, pintados y todo, a través del colectivo teatral Agua, Sol y Sereno”.
“Los cabezudos que ellos hacen son de personas reconocidas en Puerto Rico, entre estas, [el compositor] Rafael Hernández, [el cantautor coameño] Bobby Capó, [el compositor y periodista] Tite Curet Alonso, [la compositora de música popular] Sylvia Rexach y [la líder comunitaria] Rafaela Valladares; es gente que ha tenido trayectoria en nuestra historia”, destacó.
“El tipo de cabezudo que hace la compañía es en papel, plástico y barro como materia prima para confeccionar la cabeza; luego se pinta y se le dan los tonos”, agregó, al mencionar que, en la actualidad, el colectivo teatral ha confeccionado sobre 60 cabezudos.
La autora es periodista colaboradora de Suplementos.
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