La piel hay que cuidarla desde la etapa infantil hasta que somos mayores. (Shutterstock)

La piel es el órgano más grande de nuestro cuerpo. De acuerdo con información recopilada y publicada por el Stanford Children Hospital (California), en la que se describen las funciones de este tejido que cubre por completo nuestro cuerpo, las funciones principales de la piel, aparte de la protección contra los elementos externos (luz, calor, infecciones o heridas), también tiene otros propósitos esenciales.

El doctor Néstor Sánchez, catedrático del Departamento de Dermatología en la Escuela de Medicina del Recinto de Ciencias Médicas (UPR), explicó que la piel es el órgano más importante, pero el que menos reconocemos, quizá porque está muy a la vista.

“La gente se olvida de que la piel es un órgano y que todo lo que haga para mejorarlo o para dañarlo, tendrá consecuencias: unas positivas y otras no tanto”, indicó Sánchez. “Si no fuera por la piel, no podríamos mantener los órganos del cuerpo protegidos de los cambios de temperatura en el ambiente, para darte un ejemplo sencillo”.

Entre otras funciones de la piel, indicó el dermatólogo, está el almacenamiento de agua y grasa que impiden la deshidratación y sirven como escudo para las bacterias. Además, señaló, “es un órgano sensorial”.

“Por eso es que la piel hay que cuidarla desde la etapa infantil hasta que somos mayores, porque nos sirve de muchísimo”, enfatizó. “Hay condiciones que son propias de la edad y otras que surgen por la edad”, destacó.

De acuerdo con Sánchez, estas son algunas condiciones de la piel que se manifiestan en ciertas edades:

Infancia/niñez/adolescencia

Sarpullido común: Es, en esencia, una dermatitis causada por el contacto con la ropa, la sensibilidad a los detergentes u otros alergenos que provienen del ambiente. “El diaper rash es muy común porque en el pañal se recogen los desperdicios del cuerpo y, si no se cambia a tiempo, irritan la piel y pueden provocar infecciones”, apuntó Sánchez.

Impétigo: Es muy común y su origen es bacteriano (en niños, puede ser por algunos tipos de bacteria de la familia de los estafilococos y los estreptococos). “Generalmente, responde muy bien al tratamiento con penicilina. Si la penicilina no funciona, requiere de realizar un cultivo obtenido por parte de la lesión para determinar a qué otro antibiótico pudiera ser sensitiva esa infección”.

Dermatitis seborreica: Es muy común y se reconoce por manifestarse en áreas en las que el cuerpo produce más grasa —el rostro, el cráneo y el pecho— vello corporal o cabello (cejas, cuero cabelludo). Presenta lesiones con caspa persistente en esas zonas.

Acné: Se atribuye, en la mayoría de los casos, a los cambios hormonales que se producen durante la adolescencia. “En algún momento, entre los 13 y los 19 años, alguien tendrá un brote de acné, ya sea por comedones o infecciones de los poros que complican un poco el panorama”, aseguró el dermatólogo. “Por suerte, hay ahora muchos tratamientos muy efectivos para controlar el acné”.

Adultos/ adultos mayores

Rosácea: Es el acné adulto y se manifiesta por producción excesiva de grasa en la nariz y en parte de las mejillas. “Generalmente, se manifiesta más en mujeres que hombres, según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades, pero igual afecta a todo el mundo”, explicó el dermatólogo. Hay lesiones que necesitan otro tipo de tratamiento para mantenerlas bajo control.

Piel seca: “Veo muchos viejitos así en mi oficina, con la piel demasiado seca y hay que buscar cualquier hidratante que sirva para darle humedad”, dijo Sánchez. “Con los años, vamos perdiendo la grasa que se acumula naturalmente y la piel se pone finita, muy sensible”. Una hidratación adecuada y buena alimentación también ayudan a proteger la piel con nutrientes importantes.

Otras situaciones que afectan la piel

Las úlceras, tanto en adultos mayores como pacientes encamados, requieren atención. “Hay veces que el paciente tiene unas deficiencias en su cuerpo que le hacen más vulnerable a desarrollarlas. En un paciente diabético, por ejemplo, hay que vigilar todas las lesiones en el cuerpo porque pudieran tomar otro rumbo si no se atienden”, estableció el doctor.

Por otra parte, la culebrilla, producida por el herpes zóster (que causa la varicela) es muy peligrosa en los adultos mayores. “El riesgo es mucho más alto, según pasan los años; la vacuna contra la culebrilla es una gran alternativa para prevenirla”, advirtió.

Finalmente, el cáncer preocupa seriamente al dermatólogo. “Estamos más a riesgo de que los rayos ultravioleta nos hagan más daño ya que el clima cambió”. El carcinoma de células basales es el más común y, como pudiera confundirse con un lunar, a veces pasa inadvertido. No obstante, el melanoma, mucho más peligroso, se puede adquirir o heredar, y se han identificado factores que aumentan o reducen su riesgo. “Hay que examinar la piel constantemente y consultar todo cambio inusual. La detección temprana es crucial para erradicarlo con éxito”, concluyó Sánchez.

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Este contenido fue redactado y/o producido por el equipo de Suplementos de GFR Media.

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