Abatida por fenómenos atmosféricos y telúricos, la región sur presenta unos retos puntuales, principalmente, relacionados con la demolición, restauración y construcción de múltiples estructuras afectadas por los huracanes y terremotos
Abatida por fenómenos atmosféricos y telúricos, la región sur presenta unos retos puntuales, principalmente, relacionados con la demolición, restauración y construcción de múltiples estructuras afectadas por los huracanes y terremotos
Cerca del 9.2 % de la población en el archipiélago borincano reside en la región sur, según el portal del State Data Center de Puerto Rico (SDC-PR), que contabilizó cerca de 346,669 residentes en la zona integrada por diez municipios, entre el 1 de abril del 2020 al 1 de junio de 2023.
Sin embargo, los datos recopilados por la encuesta de la comunidad de la Oficina del Censo de los Estados Unidos demuestran que la comarca sureña habría perdido unos 32,669 habitantes, comparado con la cifra reportada por el Censo 2020 que registró 379,075 personas en los pueblos de Coamo, Guayama, Guayanilla, Juana Díaz, Peñuelas, Ponce, Salinas, Santa Isabel, Villalba y Yauco.
La situación trae consigo grandes desafíos para las personas que aspiran a dirigir las riendas del país en los próximos años y representa un ejercicio de análisis profundo para los electores, de cara a los comicios del 5 de noviembre, pues su voto es esencial para demarcar el panorama futuro de la zona.
Con el poder del sufragio, los votantes tienen ante sí unas temáticas particulares a nivel regional y en sus respectivas municipalidades, que incluyen retos en la infraestructura vial, incertidumbre general por el acceso a los servicios esenciales, entre estos, electricidad y agua potable.
Además, se resalta la escasez de vivienda, conservación de los recursos naturales y acceso a oportunidades laborales que conduzcan a una mejor calidad de vida en el área caracterizada por su belleza de sus playas, islotes, bosques, aguas termales, montañas y una interesante propuesta histórica y cultural.
Al analizar los datos presentados en la Encuesta sobre la Comunidad de la oficina del Censo de los Estados Unidos, en el 2022, la región sur contaba con 331,129 personas mayores de 16 años.
A esa fecha, la población civil con empleo mayor de 16 años era de 113,881. De estas, 78,923 personas se presentaron como asalariadas en el sector privado, unos 24,982 empleados de gobierno, otros 9,867 corresponden a servicios profesionales o negocios no incorporados y cerca de 109 se identificaron como trabajadores familiares sin paga.
En tanto, la cifra de desempleados en la comarca sureña era de 16,001 personas. Mientras que unos 200,912 residentes no formaban parte de la fuerza laboral. Cabe destacar que, “esta categoría incluye a las personas jubiladas, los estudiantes, las personas que cuidan a sus hijos u otros miembros de la familia y otras personas que no trabajan ni buscan trabajo”.
Abatida por fenómenos atmosféricos y telúricos, la región sur presenta unos retos puntuales, principalmente, relacionados con la demolición, restauración y construcción de múltiples estructuras afectadas por los huracanes y terremotos.
Para el arquitecto Luis Badillo Lozano, decano de la Escuela de Arquitectura y Diseño, Pontificia Universidad Católica (PUCPR), en Ponce, “hay una serie de proyectos que se han comenzado a acometer y creo que, en términos generales, por la ciudad hay muchos aspectos que realmente se han superado y que se comienzan a ver resultados positivos”.
“Creo que, en cierta medida, ha regresado la vida y la confianza en la ciudad. Hay otros asuntos que son más complejos, que necesitan más tiempo y que todavía estarían pendientes; grandes daños que causó el huracán María, como, por ejemplo, el Paseo La Guancha”, expresó.
“Esto, además de los grandes daños ocasionados por los terremotos, particularmente, en el distrito histórico, donde hubo pérdidas de valor histórico y pérdida de población. Hay varios condominios que quedan cerca del centro que albergaban familias y personas, y que quedaron inhabilitados. Toda esa gente se tuvo que mover y eso tiene su impacto sobre la ciudad y toma más tiempo atenderlo”, admitió.
Precisamente, la Escuela de Arquitectura y Diseño de la Católica realizó un estudio detallado para conocer el grado de afectación que recibieron las estructuras del casco urbano de Ponce. Sobre eso, señaló que “se superaron unas 130 estructuras privadas afectadas a distintos grados”.
“Hay algunas [estructuras] que determinamos que eran pérdida total porque su reparación o sustitución es básicamente inviable. En términos públicos, determinamos que hubo diez estructuras municipales que fueron afectadas, el grado de afectación es menor que en las privadas. Algunas de estas ya se han restablecido en su operación, quizás no totalmente en restauración”, destacó.
Igualmente, mencionó “los condominios que quedaron vacíos y que albergaban, en su planta baja o en sus plantas comerciales, oficinas o servicios al ciudadano y esa parte tuvo que ser relocalizada. Mi temor es que es gente que deja de llegar al centro o que deja de residir en el centro y para que un centro urbano tenga éxito, necesita gente”.
Otro asunto que atender con urgencia, según el arquitecto, son las constantes interrupciones en el servicio eléctrico; situación que también afecta las operaciones de la institución ubicada en el casco urbano de la Ciudad Señorial.
Todas estas situaciones, destacó, abonan al despoblamiento de la región sureña que “como todos conocemos, estaba perdiendo población y, obviamente, los eventos naturales que nos afectaron de manera muy particular no ayudaron”.
Por su parte, Félix A. Ramos González, profesor de sociología y criminología en la PUCPR, coincidió en que “los temblores del 2020 afectaron el aspecto económico y social en la parte sur, incluyendo escuelas y comercios”.
Igualmente, apuntó a la escasez de vivienda en la región a consecuencia de los movimientos telúricos, así como el encarecimiento de las pocas unidades disponibles.
“En este momento, se observa construcción en algunos lugares, pero, esas viviendas, ¿cuán accesibles son para la clase media o media baja? Son residencias que están sobre los $300,000, por ejemplo, en Santa Isabel, no son accesibles para la mayoría de la población en esta zona. Hay poca accesibilidad a vivienda”, afirmó.
En tanto, apuntó a la falta de oportunidades en el área laboral, especialmente a los jóvenes cuya merma en la población es más evidente.
Por otro lado, subrayó las dificultades de gran parte de la ciudadanía para acceder a los servicios esenciales debido a “la situación de los terremotos y el daño a estructuras del gobierno que ocasionó que se dispersaran los servicios desde educación, salud y economía”.
Los desafíos en el tema ambiental para el área sur son diversos, pero en términos generales la zona presenta problemas en los renglones de aire, agua y suelos.
Así lo estableció Carmen María Reyes Colón, directora del Departamento de Ciencias Naturales de la Universidad Católica en Ponce al aclarar que, “es importante el desarrollo económico del país, ya sea por las vías del turismo; infraestructura para poder tener más negocios, más viviendas, pero no se puede perder de perspectiva cómo estamos haciéndole daño a nuestros suelos”.
Según la bióloga, las comunidades establecidas en la costa enfrentan riesgos a consecuencia de la erosión. Esto, advirtió, agrava la respuesta en el caso de enfrentar huracanes.
“Una de las cosas que estamos viendo es que no hemos sido eficientes, sobre todo, en los municipios que van a estar directamente impactados por las altas mareas y por las mismas marejadas ciclónicas. Nosotros no estamos trabajando proyectos para combatir esa erosión costera y mucho menos, proyectos educativos en esas comunidades que van a seguir siendo afectadas”, aseveró.
Además, destacó que en la zona sur existen terrenos valiosos para el desarrollo agrícola, por la calidad del suelo. Sin embargo, “estamos optando en convertir esos terrenos de alto valor agrícola en lugares que van a ser fincas solares”.
“No está mal utilizar la energía del sol para poder trabajar con todos estos problemas que tenemos a nivel energético, pero o podemos utilizar esos terrenos para poder convertirlos y tratar de llegar a una soberanía alimentaria que no tenemos porque dependemos de todos esos alimentos que consumimos que vienen de afuera”, reseñó. Por eso, insistió, “los retos son muchísimos desde la perspectiva ambiental”.
“El acuífero del sur es uno de los acuíferos que está secándose muchísimo más rápido y que está determinado por agencias estatales y federales que, en algunos lugares tenemos intrusión salina en sectores donde se hincaron pozos para la ganadería y para la agricultura y eso va a traer un problema en términos de la distribución de agua en la zona sur”, sostuvo.
“Tampoco se hacen monitoreos de calidad de aire en nuestra región y sabemos que hay luchas de nuestros compañeros en los distintos municipios que están pendientes en cómo se están distribuyendo, por ejemplo, las cenizas producto de la quema de carbón para energía”, puntualizó.
En tanto, abogó por un sistema de transporte colectivo y un plan de reforestación intensivo “en vías de tener una mejor calidad de aire”. Igualmente, alertó sobre el manejo de desperdicios sólidos en la región, ya que los sistemas de relleno sanitario “están llegando a una capacidad y algunos hay que cerrarlos”.
La autora es periodista colaboradora de Suplementos.
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