Las profesiones STEM desarrollan el pensamiento crítico, la creatividad, la innovación, la colaboración y el liderazgo. Además, han sido clave para crear la vacuna contra el COVID-19
Hace 20 años, la internet no era lo que la gente conoce hoy. Tampoco existían redes sociales como Facebook, Twitter o Instagram. No obstante, ahora, se vive en la era de la información y la tecnología, y el acelerado desarrollo tecnológico y científico amerita que más personas reciban una enseñanza STEM y se integren a estas profesiones.
Pero, ¿qué son las STEM y por qué son tan importantes en la actualidad?
STEM es un acrónimo que tiene su origen en las palabras en inglés ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas (Science, Technology, Engineering, Mathematics). De manera que, las carreras y la enseñanza STEM son aquellas que están relacionadas con estas áreas de conocimiento.
“La educación y carreras STEM se enfocan en resolver problemas, que los estudiantes aprendan sobre pensamiento crítico, creatividad, innovación, investigación, colaboración y liderazgo. Hoy, el 20% de los trabajos están basados en las áreas de STEM. Tan solo en Estados Unidos, existen 26 millones de empleos en ese área, y se estima que seguirán creciendo en los siguientes años. Además, los salarios de las carreras STEM son más altos que la media de todos los empleos”, expuso Irma Morales Vargas, directora del proyecto Título V STEM de la Universidad Interamericana de Puerto Rico, Recinto de Fajardo.
Una de las principales características de la educación STEM consiste en que el estudiante aprende ejecutando. El alumno deja a un lado el aprendizaje pasivo y de memorizar contenido para involucrarse en la práctica.
Karin Millán Díaz, especialista en currículo STEM del Proyecto Título III HSI STEM de la Universidad Ana G. Méndez, Recinto de Carolina, dijo que “en el Proyecto promovemos la inmersión de los estudiantes de nuevo ingreso para lograr que el estudiante genere un interés seguro y firme para completar carreras STEM”.
Las profesiones STEM han sido clave para afrontar y superar los obstáculos que ha supuesto vivir en un escenario de emergencia sanitaria, aseguró Sara Ocasio Ortiz, especialista de investigación y alcance del Proyecto Título III HSI STEM.
Ocasio Ortiz destacó dos aspectos en los que las carreras STEM han sido de gran importancia para manejar la pandemia por el COVID-19. La primera, que los científicos pudieran conocer el virus, su comportamiento, transmisión y efectos en los humanos. Y segundo, el desarrollo de una vacuna, producirla en grandes cantidades, distribuirla y hacerla disponible a la ciudadanía.
Asimismo, Morales Vargas enfatizó que “queda demostrado que los avances en cuanto a lograr una vacuna eficaz, son el resultado de todo lo logrado en tecnología”.
En este escenario pandémico en el que ha imperado, en ciertos sectores, la desinformación y las noticias falsas, Ocasio Ortiz señaló la labor que han realizado los comunicadores científicos, que son parte de las profesiones STEM, para que la información académica y técnica sobre la pandemia y la vacunación sea accesible para todos.
“Enfocándonos en la pandemia del COVID-19, podemos identificar alternativas de trabajo necesarias para estos tiempos. En el área de ciencias naturales existen empleos como la microbiología, la química, la biotecnología, los técnicos de laboratorio y los tecnólogos médicos. Las personas expertas en tecnología también tienen oportunidades de empleo, por ejemplo, programadores, técnico de ciberseguridad, entrada de datos, creador de aplicaciones y desarrolladores web. Y en ingeniería, van relacionados a ingeniería química, de computación e industrial. Aquellos que tienen preparación en matemáticas cuentan con alternativas de empleos como estadísticos”, explicó Jayleen M. Díaz Mercado, especialista de currículo STEM del Proyecto Título III HSI STEM, sobre las oportunidades de trabajo con las que cuentan los estudiantes.
A lo largo de la historia, han existido mujeres pioneras en el campo de las ciencias, las tecnologías, las ingenierías y las matemáticas, quienes no solo realizaron grandes aportaciones, sino que también inspiraron el movimiento STEM.
Entre ellas se destacan Marie Curie, científica polaca y quien fue la primera persona en recibir dos premios Nobel en distintas especialidades; y Katherine Johnson, física, científica espacial y matemática estadounidense, se distinguió por sus contribuciones a la aeronáutica. No obstante, esto no ha sido suficiente para cerrar la brecha de género que existe en este sector.
“Lamentablemente, la brecha de género que existe en nuestra sociedad actual se palpa de una forma dramática en las profesiones STEM. Datos publicados por la Oficina de Estadísticas Laborales de Estados Unidos nos indican que las mujeres componen tan solo el 28% de la fuerza laboral en campos de STEM. Si hablamos de las mujeres hispanas, solo representamos el 1.7%. Y cuando uno empieza a buscar la raíz del problema vemos que hay distintos factores que siguen perpetuando esta brecha de una forma sistemática”, expresó Loyda Méndez Torres, directora del Proyecto Título III HSI STEM.
Añadió que en las sociedades paternalistas, como la puertorriqueña, los estereotipos hacia el rol de las mujeres, por ejemplo, pensar que las mujeres no pueden ser buenas en matemáticas y la falta de exposición de modelos a seguir que inspiren a las niñas y mujeres jóvenes, influyen en la brecha de género.
Por su parte, Morales Vargas afirmó que las carreras STEM, tradicionalmente, han sido dominadas por los hombres, y las mujeres han tenido que liderar grandes batallas para lograr su inclusión.
El decano de la División Académica de Ciencias y Tecnología en la que está adscrito el Proyecto Título III HSI STEM, Karlo Malavé Llamas mencionó que en sus cursos la mayoría de los estudiantes son mujeres, pero que cuando se revisan los datos son muy pocas las mujeres las que alcanzan un puesto de poder en estas profesiones.
La diferencia significativa entre las mujeres que estudian carreras STEM y las que llegan a una posición de poder se debe a lo que en los estudios de género se denomina el “techo de cristal”. El techo de cristal son estas barreras implícitas que impiden el progreso profesional de las mujeres, como la doble jornada laboral y la falta de políticas públicas para que las madres solteras puedan conciliar el trabajo doméstico y de cuidado con su vida profesional.
“Para disminuir esta brecha, los esfuerzos tienen que ser multifactoriales y empiezan desde la educación y promover ambientes inclusivos que apoyen el desarrollo de nuestras niñas y mujeres en profesiones STEM. Dar acceso y exposición a role models, que inspiren y sirvan de mentores a la próxima generación de niñas y mujeres científicas. También, a nivel institucional, utilizar prácticas inclusivas en donde se recluten más mujeres en el área de STEM, para ir acortando la brecha”, explicó Méndez Torres.
Según Morales Vargas, las profesiones relacionadas a STEM serán más demandadas. Por consiguiente, se necesitarán más personas preparadas en estas carreras para cubrir la demanda.
“Lo que es oximorónico es que, como dijo Carl Sagan, ‘somos una sociedad dependiendo de STEM en un mundo donde muy pocos saben algo de STEM’. Esto es un gran problema. Y aunque somos una sociedad que depende de STEM, no se toman decisiones fundamentadas en el conocimiento crítico que promueve STEM. Dos ejemplos que nos tocan directamente es la baja tasa de vacunación contra el COVID-19 en algunos grupos poblacionales. Y a pesar de lo que sabemos del cambio climático y los efectos que esto acarrea, sobre todo en las islas, continuamos construyendo en la zona marítimo terrestre”, sostuvo Malavé Llamas.
De igual forma, Malavé Llamas destacó que los expertos coinciden en que las carreras STEM impulsarán nuevas innovaciones en todas las disciplinas, al hacer uso del poder computacional para acelerar los descubrimientos y encontrando formas creativas de trabajar, rompiendo las fronteras disciplinarias para resolver grandes desafíos.
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