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Hazte la prueba del VIH, no temas

No temas al resultado; hay alternativas para disfrutar de una vida plena

15 de noviembre de 2022 - 1:19 PM

Nota de archivo
Esta historia fue publicada hace más de 2 años.
Conociendo los factores de riesgo y reconociendo que el conocimiento da poder, es importante que estés pendiente de tu salud. (Shutterstock)

Cualquier día es bueno para realizarse la prueba de VIH (virus de la inmunodeficiencia humana) —una prueba de cernimiento que el proveedor de salud debe ordenarte, por lo menos, una vez al año.

Actualmente, hacerse la prueba del VIH ayuda a tener una vida sexual segura y saludable, además de reducir el riesgo de contagio, al conocer tu estado con relación al virus de VIH. Y, muy importante: en caso de ser positivo, da el poder de actuar para preservar la salud. Esto, al buscar tratamiento con un médico tratante de VIH, procurando una vida plena y con calidad.

El virus del VIH fue descubierto en humanos en la década de 1980. Aunque se guarda suero de casos sospechosos previos a esa fecha, se conocen dos variantes principales: el VIH-1 y el VIH-2.

El VIH-1 es el causante de la mayoría de las patologías y sintomatologías más conocidas en gran parte del mundo. Este virus se transmite por contacto sexual sin protección o por contacto con productos sanguíneos. Usualmente, entra en contacto con unas células presentes en las mucosas llamadas macrófagos, provocando la infección.

Al virus le toma un tiempo, llamado “período ventana”, para que el cuerpo reconozca que sus células están infectadas y pueda desarrollar anticuerpos para luchar contra esta enfermedad.

Este período se caracteriza por ser en el que más se puede contagiar a otras personas, porque la persona con VIH no sospecha que lo tiene, ya que puede confundirse con un simple catarro.

Aunque no hay una prueba que detecte el momento exacto en que se contrajo el VIH, las pruebas se pueden realizar durante el período ventana (7 a 10 días). En este período, se puede saber si la persona se ha contagiado, ya que estas nuevas pruebas no solo miden la respuesta del cuerpo al virus por anticuerpos, sino que detectan un producto antigénico del virus llamado antígeno P-24, que se presenta antes que los anticuerpos.

Esto nos da conocimiento y el conocimiento es poder. Ese poder lo podemos utilizar para reducir la epidemia que contagia a millones de personas en Estados Unidos y sus territorios.

¿Qué podemos hacer para evitar el avance de esta terrible epidemia en grupos de alta productividad y con un futuro por delante, y donde se sabe que el 60 % de esta población no conoce si está infectada? Antes mencioné que el conocimiento da poder y ese poder se transforma por medio de la educación que ese individuo puede obtener sobre los pasos que debe dar para garantizar su acceso a la salud con un médico tratante de VIH que le ayude a alcanzar, por medio del tratamiento, un futuro brillante y pleno. Esto, con la ayuda de los avances médicos y de tratamiento que han convertido esta condición en una de fácil manejo, reduciendo su estado al de cualquier enfermedad crónica.

Si ya sabes que conocer el resultado de la prueba de VIH ayuda a salvar vidas, mejora la calidad y evita la propagación del virus, ¿por qué tanta gente evita hacerse la prueba y empoderarse de su salud? Las razones principales son el miedo, el desconocimiento y el estigma que aún, en estos día causa esta condición.

Estas situaciones se superan buscando ayuda y conociendo sobre la enfermedad. Esto te dará el poder de decidir sobre tu salud y garantizarte el derecho a disfrutarla. La frecuencia con la que te debes hacer la prueba de VIH dependerá de un análisis individual de tus riesgos y la discusión con tu proveedor de la salud para que te aconseje con cuánta periodicidad debes realizártela.

Los principales factores de riesgo son:

  • Tener relaciones sexuales sin protección adecuada.
  • No tener conocimiento de cómo se transmite el VIH o qué factores facilitan el contagio.
  • Consumir alcohol o drogas al tener relaciones sexuales.
  • Inyectarse drogas y compartir jeringuillas.
  • Tener múltiples parejas sexuales.
  • No usar condones de manera correcta y constante.
  • No hacerse la prueba.
  • Abandonar el tratamiento de profilaxis posexposición o no utilizarlo adecuadamente.

Conociendo los factores de riesgo y reconociendo que el conocimiento da poder, es importante que estés pendiente de tu salud. Si tu proveedor de salud no te sugiere hacerte la prueba, pídela. Date la oportunidad de brindarte a ti mismo y a quienes te rodean, un regalo de amor.

Si la prueba es positiva, no es el fin del mundo, pues tendrás el control y la iniciativa de buscar tratamiento, y disfrutar de una vida plena. Si la prueba es negativa, continúa cuidándote más y protegiendo a los que amas.

No le tengas miedo a hacerte la prueba, ten miedo de no tener el control de tu salud. Cualquier día es bueno para hacerse la prueba de VIH.

La autora es presidenta de la Asociación de Médicos Tratantes de VIH de Puerto Rico, subdirectora médica del Concilio de Salud integral de Loíza y Chair de Puerto Rico para la American Academy of HIV Medicine. Tiene práctica privada en Carolina.

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Este contenido fue redactado y/o producido por el equipo de Suplementos de GFR Media.

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