Los hombres jóvenes y adultos mayores son los grupos más vulnerables
Los hombres jóvenes y adultos mayores son los grupos más vulnerables
Cuando comenzó la epidemia del VIH (virus de la inmunodeficiencia humana) no se pensó mucho en la población de adultos mayores, pues, para entonces, la expectativa de vida era de solo uno o dos años después de diagnosticado.
Ese ya no es el caso. Gracias a los medicamentos que están disponibles, los pacientes con VIH pueden vivir mucho tiempo y productivamente. Sin embargo, no por esto hay que perderle el respeto y dejar de ponerle cuidado a esta afección.
Todo medicamento tiene efectos secundarios, incluyendo los utilizados con pacientes con VIH. Hay quienes piensan que se trata solo con una pastilla diaria o una inyección un mes sí y otro no, y no es así en todos los casos.
Si bien es cierto que los tratamientos son costosos, también es cierto que padecer de VIH ya no es una sentencia de muerte. Aun así, lo mejor es prevenir y tomar conciencia de que el virus sigue latente y no hemos acabado con él en esta época de COVID-19.
Tres cuartas partes de quienes padecen el virus son hombres con una mayor incidencia de contagio entre aquellos que son usuarios de drogas intravenosas (la incidencia en este grupo ha prevalecido en el país desde los inicios) y relaciones sexuales de hombre con hombre, principalmente jóvenes y adultos mayores. Es en estos grupos en donde se ha visto la mayor incidencia de diagnósticos nuevos.
A medida que envejeces, tu profesional de la salud puede que no te sugiera una prueba de VIH por pensar que no estás activo sexualmente. Además, hay algunas señales normales de envejecimiento parecidas a este virus. Esto te coloca en un mayor riesgo de desarrollar sida (síndrome de inmunodeficiencia adquirida), si estuvieras infectado. La prueba es importante para cualquier persona sexualmente activa, sin importar la edad o aunque ya no esté sexualmente activa, pero tuvo alguna relación de alto riesgo. Por eso, siéntete en la libertad de pedir la prueba de VIH a tu médico, así él sabrá que te preocupas por tu salud.
Tratar el VIH en adultos mayores puede representar un reto mayor, ya que, usualmente, existen otras afecciones que también requieren tratamiento, por lo que hay más efectos secundarios y un riesgo de interacción superior entre los fármacos que se receten.
El tratamiento puede complicarse, ya que diferentes afecciones físicas o mentales requieren del cuidado de más de un médico especialista. Si padeces de VIH, todos tus médicos deben saberlo para que así tengas más seguridad con los medicamentos que tomas y sus interacciones.
La autora es presidenta de la Asociación de Médicos Tratantes de VIH de Puerto Rico, subdirectora médica del Concilio de Salud integral de Loíza y Chair de Puerto Rico para la American Academy of HIV Medicine. Tiene práctica privada en Carolina.
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