La preparación es dinámica y precisa la revisión periódica de todos los elementos contenidos en el plan para identificar asuntos que exijan acción inmediata
La preparación es dinámica y precisa la revisión periódica de todos los elementos contenidos en el plan para identificar asuntos que exijan acción inmediata
“Más vale prevenir que lamentar” es un refrán que le viene como anillo al dedo a la temporada de huracanes. Aunque la magnitud de los efectos de un huracán no se puede anticipar con total certeza, la preparación es indispensable para la protección, la seguridad y la mitigación de daños.
De acuerdo con los resultados de la Encuesta nacional de hogares sobre preparación ante catástrofes, que realizó la Agencia Federal para el Manejo de Emergencias (FEMA, por sus siglas en inglés) en 2023, el 51 % de las personas encuestadas consideraban que estaban preparadas para una catástrofe y el 57 % de las personas realizaron tres o más acciones para prepararse ante una catástrofe en el último año.
Además, la encuesta halló que únicamente el 50 % de las personas creían que tomar medidas para prepararse ante una catástrofe les ayudaría a superarla y confiaban en su capacidad para realizarlas. Igualmente, solo el 43 % de las personas declararon que era probable o muy probable que fueran afectadas por las inundaciones, a pesar de vivir en zonas de alto riesgo.
“Los obstáculos económicos pueden impedir que las personas desfavorecidas socioeconómicamente adopten medidas de preparación importantes. Estas personas tenían menos probabilidades que las no desfavorecidas socioeconómicamente de adoptar medidas de preparación de alto costo, pero tenían casi las mismas probabilidades de adoptar medidas de preparación de bajo costo o gratuitas”, comunicó FEMA.
Entre los puntos clave para la preparación, la agencia federal informa en la guía Cómo prepararte para un huracán que debes:
“Utilizando la experiencia de [la tormenta] Ernesto como referencia, vamos a asegurarnos de que tenemos alimentos, agua y métodos alternativos de energía”, apuntó la meteoróloga Ada Monzón.
Según la Encuesta comunitaria de Puerto Rico de 2019, publicada por la Oficina del Censo, el 46.1 % de la población tenía tres o más factores de riesgo para la vulnerabilidad social, que incluyen situación de pobreza, número de cuidadores en los hogares, hacinamiento a nivel de unidad, entre otros.
Igualmente, todos los municipios y el 87.0 % de los distritos censales (equivalentes a barrios) tenían tasas más altas de personas con tres o más factores de riesgo en comparación con la estimación de Estados Unidos. Entre estos, Maricao, Lajas, Guánica, Sabana Grande y Ciales tenían tasas significativamente más altas de individuos con tres o más factores de riesgo en comparación con todo Puerto Rico.
En las Estimaciones de resiliencia comunitaria de 2022, el número de residentes con tres o más componentes de vulnerabilidad social continuaba siendo mayor (1,369,097) si se comparaba con la población que tenía entre uno a dos (1,315,470) o cero (523,663).
Al respecto, Monzón destacó la relevancia de identificar, atender y apoyar a las personas más vulnerables en los planes de emergencia comunitarios. Asimismo, hizo hincapié en que la información meteorológica y las actualizaciones se obtengan de fuentes expertas y confiables.
Por su parte, la nutricionista-dietista licenciada Lailiz Ortiz señaló que es importante evaluar las necesidades alimentarias y médicas de cada miembro de la familia y tenerlas en cuenta al prepararse. De igual forma, hay que identificar si alguno requerirá mayor suministro de agua.
“Revisa cada tres a seis meses la fecha de los alimentos [suministros almacenados en caso de emergencia] y que no estén expirados”, recomendó Ortiz. “Incluye alimentos ya porcionados, como las barritas de cereal, y no compres latas grandes para llevar en la mochila [de emergencia]”, dijo.
A su vez, la arquitecta Astrid Díaz manifestó cuán esencial es que se revise no únicamente el interior de la casa, sino también el entorno, para evaluar riesgos y mitigar daños.
“Es importante que veamos nuestra casa como un familiar más y evaluemos las necesidades que tiene sin engañarnos”, comentó para recomendar que hagas una lista que parta de lo general hacia lo específico.
Luego de identificar las necesidades, la arquitecta indicó que consideres, punto por punto, qué debes hacer para corregir la situación, si podrás hacerlo tú o necesitas contratar a un experto, cuánto tiempo va a tomar y el costo.
Asimismo, habló sobre la importancia de la habitación segura, en la que destinas algún área de la casa con capacidad para resistir durante y después de la emergencia y la equipas con los recursos necesarios.
“Los equipos y los elementos de la casa van perdiendo su vida útil”, afirmó. “Cada año, nuestra situación cambia, así como las necesidades dentro de la casa”, puntualizó Díaz para reafirmar cuán imprescindibles son las revisiones periódicas a la propiedad y los requerimientos de las personas que conforman el hogar.
La autora es periodista colaboradora de Suplementos.
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