Nayda Fernández, profesora certificada de yoga y astróloga, explica cómo la espiritualidad libera de ataduras, y calma la mente y el cuerpo
Nayda Fernández, profesora certificada de yoga y astróloga, explica cómo la espiritualidad libera de ataduras, y calma la mente y el cuerpo
Muchas veces, las personas relacionan la espiritualidad con la religión o el cristianismo. Sin embargo, hay muchas prácticas espirituales que no están relacionadas a la religión y que también pueden ayudar a las personas a vivir en paz y a amarse a sí mismas, explicó la profesora certificada de yoga y astróloga Nayda Fernández.
“La espiritualidad no te invita a creer, sino a pasar por la experiencia de sentirte en unión con la vida y fluir en todos los procesos de la vida como parte del aprendizaje. La espiritualidad es certeza porque encuentras el poder del espíritu en tu corazón y, entonces, ya no necesitas pruebas. El cuerpo es más que lo físico, también está el espíritu que es lo que nos mueve y nos permite estar en vida. Las prácticas espirituales se llevan a cabo cuando nos conectamos con nosotros mismos; una práctica espiritual puede ser conectar con el silencio de la naturaleza o conectar con la música”, indicó la educadora.
Para Fernández, interesarse en la espiritualidad es un acto de amor propio y de autocuidado para encontrar la felicidad que está dentro de ti, no en otra parte.
“Muchos la buscan en parejas y otros con cosas que adquieren o logros obtenidos, pero la espiritualidad es la ciencia que te muestra que realmente es abundante, no necesita nada. Quien no busca afuera, sino que encuentra dentro de sí la magia de estar bien con lo que presente la vida”, agregó.
De acuerdo con la profesora de yoga, trabajar la espiritualidad nos permite estar en paz con nosotros mismos porque nos liberamos de prejuicios. De esta forma, logramos el propósito de ser felices.
“Algunas religiones se enfocan en las culpas y los juicios. Hay personas que, cuando se hacen adultas, se dan cuenta de que lo que les enseñaron toda su vida ya no va acorde con ellas y comienzan a buscar otras alternativas para sentirse bien. Entonces, encuentran que, con las prácticas espirituales, se liberan de juicios, de culpas, y aprenden a amarse y a amar todo lo que está alrededor”, mencionó la astróloga.
Fernández reconoció que vivimos en una “era bien tóxica”, donde tenemos exceso de trabajo, nos alimentamos y dormimos mal. A eso se añade que, a veces, queremos controlarlo todo. La suma de estos factores produce que las personas estén ansiosas y con estrés constantemente, lo que, a su vez, puede causar dolores físicos. De ahí que resulte indispensable tomar una pausa para meditar o, simplemente, estar en silencio.
“Los retiros de silencio son cada vez más comunes porque a la gente le cuesta estar en silencio, desconectarse del celular o del trabajo. Podemos pasar unos minutos o segundos sin pensar en nada y así nos relajamos. Las prácticas espirituales son innumerables. Por ejemplo, la jardinería, tejer y nadar también son tipos de meditación que se convierten en prácticas espirituales”, dijo la profesora.
También hay otros factores que pueden perjudicar la salud emocional como cargar con traumas del pasado o vivir con odio. Por eso, Fernández enfatizó que aprender a perdonar también es una práctica espiritual que ayuda a tener una mejor autoestima.
“Perdonar es aprender a sanar y nos ayuda a tener amor propio. Todos tenemos problemas pero lo importante es perdonar rápido, como los niños. Hay unos mantras (cánticos) que nos ayudan a aprender de las experiencias y a soltarlas desde el perdón y el amor. Hay uno que dice: “Lo siento, perdóname, gracias, te amo”. Repetir esas palabras es una de las prácticas que más nos ayuda a dejar ir situaciones del pasado. Con esas palabras se perdona y se aprende de lo sucedido”, mencionó.
La astróloga aconsejó que el proceso de trabajar la espiritualidad debe comenzar desde que somos niños, pues, desde pequeños, debemos aprender a conectar con nuestras emociones y a superar las situaciones que nos afectan. Para las personas que desean comenzar las prácticas espirituales, pueden hacer 20 minutos de yoga todos los días.
Ciertamente, el yoga se ha convertido en una de las prácticas más comunes. La Asociación Americana de Psicología asegura que, hoy día, 15 millones de estadounidenses la realizan. El yoga combina estiramientos y otros ejercicios con respiración profunda y meditación. De acuerdo con los psicólogos, si más personas practicaran yoga, serían menos agresivas y habría menos casos de obesidad y diabetes, pues esta práctica ayuda a controlar los comportamientos. Esto se debe a que, usualmente, se realiza en grupo; en una clase todos se mueven y respiran al mismo tiempo, eso les da a las personas sentido de pertenencia, de que son parte de algo más grande.
“Muchas personas me preguntan cómo comenzar y lo primero que debemos hacer es mirarnos al espejo, decidir ver las cosas desde otra perspectiva y comenzar algunas de estas prácticas que les ayuden a conectar con ellas mismas; a estar en paz. Es un llamado a despertar”, concluyó.
Estudios demuestran que la meditación reduce el estrés, la ansiedad, la depresión, el insomnio y la presión arterial alta (hipertensión). Antes de comenzar algún tipo de meditación, el primer consejo es buscar un lugar tranquilo con pocas distracciones, incluyendo no tener televisión, radio o teléfono celular.
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