

La modificación de los hábitos y las costumbres que promuevan la protección y la sustentabilidad del ambiente es un compromiso que el individuo puede adoptar desde el hogar, al implementar medidas que le ayuden a cuidar de su entorno. Esto, mediante la reducción de la huella ecológica, la que impacta los recursos naturales, mientras se conciencia a la familia sobre la importancia de cuidar la Madre Tierra, que es la casa de todos.
La bióloga Carmen Reyes Colón, directora del Departamento de Ciencias Naturales del Colegio de Ciencias de la Pontificia Universidad Católica de Puerto Rico, aseguró que “algunos de estos procesos pueden generar costos y otros es cuestión de [modificar] hábitos y costumbres en nuestros hogares”.
Al identificar diez medidas para proteger el ambiente y la sustentabilidad desde el hogar, la bióloga destacó que “muchos de estos cambios también ayudarán a que el individuo pueda ver un ahorro en sus facturas mensuales y, una vez que comenzamos con esa rutina, no se nos va a olvidar”.
“Recolectar el agua de lluvia es una forma de ayudar a nuestro ambiente de una manera sostenible porque el agua está cayendo y, generalmente, la vamos a perder y hay que aprovecharla”, describió la bióloga.
Según explicó, “el agua de lluvia la utilizamos para limpiar nuestros alrededores y echarles agua a las plantas. De esa manera, no tenemos que usar el agua que nos llega del sistema de acueductos”.
Para lograr esta meta, será conveniente explorar las oportunidades que brindan las escuelas de arquitectura y los colegios de ingeniería, “en donde diseñan estos modelos, prácticamente de forma gratuita para las residencias donde se pueda colectar agua de lluvia”.
Igualmente, puede recolectarse en cubos o envases grandes que se colocan en áreas abiertas, tomando siempre en cuenta las medidas necesarias para prevenir la propagación de mosquitos.
El manejo adecuado del agua en las tareas rutinarias en el hogar, especialmente aquellas dirigidas a la higiene personal, es una de las claves para evitar que se pierda el recurso.
“En Puerto Rico, es muy común que personas que tienen patio y marquesinas, en vez de usar una escoba, usen la manguera para limpiar. No necesariamente es una manguera a presión, que usa menos agua, sino una manguera normal. Eso hace que se pierdan muchísimos galones de agua”, lamentó.
Para reducir el gasto de agua, recomendó cerrar el grifo de agua y dejar de tomar duchas de 30 o 45 minutos con la llave abierta, aconsejó.
Aunque el cambio del tanque del inodoro a un sistema nuevo que sea eficiente en el uso del agua puede ser costoso, existen alternativas para ahorrar esta sustancia sin tener que gastar un centavo.
Entre las medidas más sencillas, según la científica, se encuentra “poner una botella que quepa, llena de agua, dentro del mismo tanque. Eso hace que el tanque coja menos agua, pero el sistema va a fluir bien”, dijo la educadora.
De acuerdo con Reyes Colón, “desde pequeños, siempre nos decían que debemos apagar la luz y los enseres que no estemos utilizando. Esa es otra forma de evitar tanta quema de carbón y, de esa manera, tenemos un sistema más eficiente en nuestros hogares”.
Igualmente, dijo que “hace años que se están haciendo campañas, instando a la ciudadanía a cambiar nuestras luces en el hogar para que sean bombillas más eficientes”.
“Aquí entraríamos en unos gastos porque [estas bombillas] son un poco más costosas, pero ayudan, a largo plazo, porque tendremos el mismo tipo de iluminación, pero el costo a nivel ambiental será muchísimo más fácil poder recibirlo”, aseveró.
El asunto de la vida útil en los aparatos electrónicos se convierte en una oportunidad para cambiar estos equipos por unos de mayor eficiencia energética, ya que, de acuerdo con Reyes Colón, los electrodomésticos se pueden dañar en 10, 12 o 15 años, según su fecha de efectividad.
“Existen clasificaciones de electrodomésticos. [Estas se observan como] un sello que pone la industria [manufacturera], que tiene el concepto de energizar. Eso le garantiza al consumidor que hay una eficiencia energética y no va a estar gastando energía de más”, señaló.
La energía renovable es otro de los temas que acapara la atención de la ciudadanía, pero muchos no pueden invertir en placas solares, ya sea porque no cuentan con el recurso económico o viven en propiedades de alquiler.
“Para aquel que lo puede hacer, [puede] aprovechar algunos incentivos que ofrecen algunas compañías y el gobierno. De esa manera, estamos manejando efectivamente el asunto de la energía solar. Sin embargo, podemos adoptar el proceso de energía solar para tratar de llevarlo a las comunidades con proyectos que energicen áreas comunes”, afirmó.
Para amortiguar el impacto de las altas temperaturas, uno de los consejos que ofrece la bióloga es tener más vegetación dentro de la vivienda, pues esto ayuda a que la temperatura del hogar disminuya.
“Precisamente, todo lo que hacemos en nuestras casas puede estar contaminándola, como, por ejemplo, encender la estufa o el microondas o las telas que usamos. Hay plantas que van a ayudar a absorber esos contaminantes”, advirtió.
“De esa manera, tenemos también un ambiente un poco más limpio porque la vegetación absorbe partículas de polvo, baja la temperatura y, en unos casos, mantiene el área un poco más húmeda y no hay que estar encendiendo el sistema de aire acondicionado todo el tiempo”, manifestó.
Para la bióloga, “no hay excusas para tener un huerto casero, ya sea en una casa que tenga patio como en el balcón de un apartamento”.
“No tenemos una soberanía alimentaria en nuestro país, pero tener huertos caseros y aunque en el terreno no tenga el espacio para poner todo lo que queremos sembrar, podemos cultivar frutos menores, entre estos, tomate, calabaza, plátano o guineo, entre otros”, detalló.
“Esto sirve también de terapia porque trabajar con las plantas ayuda a liberar el estrés, pero también sirve para producir su propio alimento y abaratar un poco los costos en la adquisición de alimentos”, añadió.
De acuerdo con Reyes Colón, “hay productos químicos muy fuertes que se compran para la limpieza del hogar y, al leer las etiquetas, nos instruyen a usar guantes, a usarlos en un área ventilada, entre otras instrucciones”.
“Si vamos a limpiar el horno o la barbacoa, esos materiales [de limpieza] se pueden sustituir por bicarbonato de soda que tiene materiales biodegradables y es simplemente lavarlo con agua y ya. No estamos haciendo daño a los acuíferos”, subrayó.
“Puede tomar un poco más de tiempo, pero no estarás expuesto a olores fuertes de esos químicos que le pueden hacer daño a su salud”, insistió.
Al adoptar costumbres que ayuden al ambiente, hay que analizar los productos que se compran o se obtienen y que no se pueden reciclar, pues “muchas cosas van a terminar en la basura”, entre estos, los plásticos de un solo uso.
“Eso se usa en emergencias, pero para el diario no necesitamos esos plásticos. Igualmente, con los sorbetos, a menos que la persona tenga alguna dificultad con el tragado o para la alimentación”, expuso.
Asimismo, recomendó que, desde el hogar, separemos las latas, aluminio y plásticos para reciclarlos y llevarlos a un centro de acopio que esté funcionando.
“Nosotros no tenemos más territorio para poder enterrar la basura. Necesitamos cambiar las mentalidades de los ciudadanos, en nuestros líderes, para proteger el ambiente”, finalizó.
La autora es periodista colaboradora de Suplementos.
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