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Mes del Artesano
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Los artesanos son nuestros guerreros de la cultura

Este gremio tiene un rol importante para la isla

8 de agosto de 2024 - 10:53 AM

El sector artesanal es uno de los muchos sectores que contribuyen de forma favorable a la economía de Puerto Rico, sobre todo en el centro de la isla, donde hay una gran cantidad de artesanos. (Suministrada)

Con estas palabras, Marcos Quevedo, gerente del Programa de Desarrollo Artesanal del Departamento de Desarrollo Económico y Comercio (DDEC), reconoció la importancia de estos trabajadores durante el Mes del Artesano Puertorriqueño, que se celebra en julio de cada año.

Desde la izquierda, Manuel Cidre, secretario del Departamento de Desarrollo Económico y Comercio; Soraya Morón Vélez, secretaria auxiliar de Emprendimiento y Desarrollo de Negocio; y Marcos Quevedo, gerente del Programa de Desarrollo Artesanal.
Desde la izquierda, Manuel Cidre, secretario del Departamento de Desarrollo Económico y Comercio; Soraya Morón Vélez, secretaria auxiliar de Emprendimiento y Desarrollo de Negocio; y Marcos Quevedo, gerente del Programa de Desarrollo Artesanal. (Suministrada)

“El artesano, en gran parte, vive de su arte. El sector artesanal es uno de los muchos sectores que contribuyen de forma favorable a la economía de Puerto Rico, sobre todo en el centro de la isla, donde hay una gran cantidad de artesanos”, resaltó Manuel Cidre, secretario del DDEC. “Este gremio tiene un rol importante y genera actividad económica que produce beneficios”.

El programa define como artesano a “cualquier persona nacida en Puerto Rico o que lleve al menos cinco años como residente de la isla, que trabaje productos principalmente de forma manual, que use patrones originales, use materia prima local en lo posible, y elabore estampas típicas o inspiradas en la cultura puertorriqueña”, expuso Quevedo.

El gerente informó que el Programa de Desarrollo Artesanal certifica a los artesanos, lo que les brinda acceso a incentivos, auspicios y exención del cobro de impuesto sobre ventas y uso (IVU). Al momento, hay más de 20,000 artesanos certificados en Puerto Rico, de los cuales entre 2,000 y 3,000 se mantienen activos, participando en ferias y actividades.

Los artesanos son certificados en cualquiera de los 23 renglones o rubros que existen, como trabajos en barro, metal, madera, vidrio, cerámica, cuero, tabaco, piedra, tejido, mundillo, joyería, jabones y confección de muñecas, entre otros. “Se tiene que usar una materia prima y debe haber una transformación sustancial de esa materia prima como, por ejemplo, dar forma a un tronco para tallar un santo”, dijo Quevedo. “No certificamos productos alimentarios porque eso tiene que ver con el Departamento de Salud”.

Para ser certificado, el artesano debe ser natural de Puerto Rico o haber residido en la isla por los pasados cinco años y contar con sus documentos de inmigración al día, trabajar al menos uno de los renglones artesanales mencionados, utilizar materia prima local hasta donde sea posible, realizar el trabajo de manera manual, no utilizar patrones comerciales ni equipos industriales, usar diseños originales e inspirados en resaltar la cultura local.

“Los artesanos pueden llegar a nuestras oficinas y se les da una hoja con los requisitos. Una vez traigan la solicitud y los documentos requeridos, vienen a una charla sobre la importancia de los artesanos y donde se les comunica qué esperamos de ellos y los beneficios del programa”, detalló el gerente. “Luego se evalúa si cumplen con los requisitos y se procede a dar la certificación, que dura cinco años, y se les otorga el documento del Departamento de Hacienda que los exime del cobro de IVU”.

Para los artesanos certificados hay incentivos disponibles, que son de hasta $1,000 para adquisición o reparación de maquinaria, herramientas, equipo y materia prima; y de hasta $2,000 para mejoras al taller de trabajo. Los interesados deben comunicarse con el programa para solicitarlos.

En el caso de los auspicios, estos se otorgan mediante reembolso, mayormente, a municipios y organizaciones que coordinen festivales o eventos en los que artesanos certificados puedan exhibir y vender sus obras. “Es para gastos relacionados con la realización de la actividad y la participación de los artesanos”, dijo Quevedo.

Para exponer a más personas al quehacer artesanal, el DECC también cuenta con varias escuelas-talleres a través de la isla, donde se ofrecen cursos semestrales para enseñar al público general a elaborar artesanías de distintos renglones, tales como tejido, talla en madera, macramé, trabajos en barro, confección de jabones, mundillo y trabajos en papel, entre otros. Los cursos, impartidos por artesanos, son gratuitos para los participantes. Hay escuelas-talleres en Ponce, Toa Baja, Guaynabo, Canóvanas, Aguada y Ciales, mencionó Quevedo. “De 800 a 1,000 estudiantes pasan cada año por nuestras escuelas”, informó.

Como parte de la celebración del Mes del Artesano, se calentaron motores con la Feria Anual de Artesanías, que tuvo lugar del 17 al 30 de junio en el centro comercial Plaza Las Américas, en San Juan, en la que participaron más de 120 artesanos. En julio, el DDEC reconoció la labor de seis artesanos en una actividad oficial llevada a cabo durante el Primer Junte de Artesanos en La Parguera, en Lajas, y auspició la Feria Nacional de Artesanías de Barranquitas. También se le dedicó el mes a Héctor Rodríguez, pasado gerente del Programa de Desarrollo Artesanal.

“Lo que se hace de manera rutinaria, se potencia en julio durante el Mes del Artesano”, dijo Cidre acerca de la labor de promover la labor artesanal en ferias y festivales durante todo el año. “Se hace para destacar la importancia del sector artesanal en Puerto Rico. El trabajo del artesano es elaborar esas piezas y diseños únicos que los distinguen del resto del mundo”.

Por su parte, Soraya Morón Vélez, secretaria auxiliar de Emprendimiento y Desarrollo de Negocios, reiteró su compromiso de continuar fortaleciendo el Programa de Desarrollo Artesanal, brindándole asistencia directa a la clase artesanal mediante el ofrecimiento de talleres educativos en las diferentes escuelas alrededor de la Isla, así como incentivos, promociones, eventos y las certificaciones de los artesanos, que permiten preservar y transmitirles conocimiento a las nuevas generaciones.

Aseguró que, “la tradición artesanal no es simplemente una destreza manual, sino que es la esencia de nuestra historia y cultura. Mantener vivo el programa de artesanías es garantizar que nuestra población conozca y aprecie las raíces de nuestra identidad. Este esfuerzo no solo fomenta el desarrollo económico local, también fortalece la conexión con las comunidades a través del arte y la cultura que nos caracteriza dentro y fuera de Puerto Rico”.

Los interesados en certificarse como artesanos o en obtener más información acerca del Programa de Desarrollo Artesanal pueden llamar al DDEC al 787-765-2900 o escribir al siguiente correo electrónico: artesanias@ddec.pr.gov.

La autora es periodista colaboradora de Suplementos.

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Este contenido fue redactado y/o producido por el equipo de Suplementos de GFR Media.

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