

Este año, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) propuso para el Día Internacional de la Mujer, que se celebra cada 8 de marzo, el lema “Para las mujeres y niñas en toda su diversidad: Derechos, igualdad y empoderamiento”.
Profundizando en este tema, que busca mover el discurso hacia la ampliación de los derechos y las oportunidades para las nuevas generaciones de mujeres, ofreciéndoles las herramientas necesarias para crecer en una sociedad más equitativa, este medio conversó con tres mujeres que, desde sus respectivas trincheras, luchan para que esta idea no se quede en un simple deseo, sino que se convierta en una realidad.
Paola Carvajal, presidenta de NovaHeart; Jaymarie Correa, directora de Permisos SOS; y Amanda Sofía López Bonceñor, estudiante universitaria y creadora de la plataforma The Financial Girl, son tres ejemplos de los muchos que hay en Puerto Rico, donde se muestra cómo las mujeres jóvenes no temen innovar.
Ellas buscan su espacio en industrias históricamente lideradas por hombres o en temas poco discutidos, con la misión de crear una diferencia y construir un mejor futuro para ellas, las mujeres de su generación y las futuras líderes.
Paola Carvajal tiene 25 años, es ingeniera biomédica y, a tan corta edad, ya estableció su empresa llamada NovaHeart, que se dedica al desarrollo de tecnología no invasiva para mejorar la salud del corazón y prevenir problemas cardíacos.
Su compromiso con este tema nació desde lo personal y transformó su senda profesional. Carvajal creció en Carolina y siempre destacó en el deporte, la música y el trabajo voluntario, tres pilares que, en gran parte, formaron a la profesional que es hoy.
Durante sus años universitarios, decidió no perder el tiempo. Por eso, su agenda estaba cargada de clases, internados, investigaciones, participación en organizaciones estudiantiles, labor voluntaria e intercambios con universidades en el extranjero.
“Cuando hago un análisis de mis años universitarios, me doy cuenta de que terminé con 21 posiciones de liderazgo y ocho internados, sin contar las conferencias en las que tuve exposición a nivel global. Entonces [comprendí] que el deporte y la música, que me dieron ese sentido de perseverancia, fueron esenciales para la vida universitaria”, reveló la joven, que participó en internados e investigaciones en la Universidad de Ciencia y Tecnología King Abdullah (KAUST), en Arabia Saudita; el Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT); los Institutos Nacionales de Salud (NIH) y el Comité de Ciencia, Espacio y Tecnología del Congreso de los Estados Unidos.
Y, aunque todos estos logros se leen de manera fácil, llegar a cada una de estas oportunidades no lo fue. Carvajal mencionó que tiene dificultades para aprobar pruebas estandarizadas, por lo que su entrada a la universidad estuvo en riesgo. Fue gracias a la intervención de su madre, quien acudió a la universidad y abogó de forma vehemente por su hija, que ella pudo cursar sus estudios.
Una vez terminó su bachillerato en Ingeniería Biomédica en la Universidad Politécnica de Puerto Rico, buscó la manera de continuar estudios graduados en la Universidad de Columbia. Lo consiguió, pero el fallecimiento de su abuela a causa de un ataque al corazón lo cambió todo.
Carvajal decidió no estudiar fuera de Puerto Rico, aun cuando ya todo estaba listo para comenzar en Nueva York, y se dedicó a conocer más sobre las enfermedades cardiovasculares, descubriendo que son la principal causa de muerte global.
“Ahí me enrollé las mangas como científica y empecé a buscar información. Me impactó que el 80 % de estas enfermedades se pueda prevenir. Hice investigaciones y estudios demográficos, y el patrón que encontré fue que los jóvenes hasta los 55 o 60 años no crean esas arterias colaterales que les permiten sobrevivir a un ataque al corazón. Así fue como nació NovaHeart, con el propósito de crear arterias de manera no invasiva. Llevamos tres años y medio y fuimos aprobados por la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA, Food and Drug Administration, en inglés). Estamos aprobados para trabajar en Puerto Rico y en el mundo”, explicó.
Su experiencia le ha enseñado que son sus acciones y la perseverancia las que la ayudaron a romper barreras. “No tenemos que seguir la norma. Nosotras mismas podemos crear un entorno de equidad e impacto. Yo solicité diferentes trabajos y no me escogieron. Entonces, vi que, muchas veces, tenemos que crearnos las oportunidades. Es bien importante enseñar a las mujeres jóvenes a tener esa fe de que pueden crear. Una vez esa mujer tenga ese pensamiento y seguridad, puede luchar contra viento y marea con un sentido de perseverancia y no [desde la] victimización”, afirmó para agregar que “algo que me ha ayudado mucho es dejar de ser víctima. Una vez que quité eso de mi mente, dejé de quejarme y comencé a ver las oportunidades”, aconsejó.
Durante los pasados 15 años, Jaymarie Correa se ha dedicado a luchar por la igualdad de la mujer en una industria donde los hombres son mayoría. Comenzó a trabajar para una firma de ingenieros cuando solo tenía 17 años como parte de una práctica que debía hacer como requisito para el curso vocacional que realizó en su escuela superior. Era asistente de la asistente administrativa del presidente de la compañía y, ante la renuncia de esta, ella quedó a cargo.
Fue difícil aprender todas las tareas mientras estudiaba en la universidad, pero recibió la confianza y los consejos de su jefe. Así, logró hacer su trabajo de la mejor manera posible y, cuando surgió la oportunidad de ampliar su propuesta hacia la ayuda a ingenieros para conseguir permisos, no dudó en aceptar el reto. Ese emprendimiento siguió creciendo al punto de que ahora también cuenta con un componente educativo en el que Correa ofrece charlas sobre los permisos necesarios, especialmente en la industria de la construcción.
Hoy en día, Correa es la segunda al mando en Ingenium Group y Permisos SOS, puestos de grandes responsabilidades y también con enormes retos. Uno de los más grandes es ser una mujer joven en una industria dominada por hombres, sin ser ingeniera. Pero considera que uno de sus mayores logros ha sido crecer profesionalmente a pesar de los obstáculos.
“Algo que siempre me acompaña es la perseverancia. Cuando me decían “no”, buscaba cuál podía ser la razón. Ahora soy abogada, pero antes de eso, al querer abrirme espacio en una industria dominada por hombres, tenía que justificarme todo el tiempo. Ahora se me hace más sencillo, aunque no fácil, no por la profesión, sino también por la experiencia”, agregó.
Para salir adelante y mantenerse firme en la industria de permisos, Correa señaló que ha sido importante ser consistente, disciplinada y no dejar de creer en su potencial profesional.
“Hay que tener el enfoque de que no importa lo que pase, lo que digan o los prejuicios; si crees en ti, no hay nada que te pare. En cualquier escenario, la preparación es clave, no solo a nivel profesional o técnico, sino también emocional, y eso ha hecho una diferencia en mi experiencia. Veo la educación como un medio importante para lograr metas y progresar. Hay que educarse, seguir aprendiendo todos los días, leer, tomar cursos y prepararse con un enfoque multidisciplinario”, recomendó.
A pesar de los retos diarios, Correa expresó que visualiza un futuro en el que haya muchas más mujeres en puestos de liderazgo. “Nos queda mucho por construir para lograr conexiones respetuosas entre las partes y que no tengamos que hacer un esfuerzo extra para demostrar que estamos preparadas, algo que para los hombres ya está dado. Creo que la mujer ha tomado las riendas para estudiar y mostrarle al mundo que podemos hacer cosas increíbles, siempre con mucho respeto y elegancia”, opinó Correa.
Uno de los grandes problemas que sigue experimentando la mujer es la desventaja económica. La falta de educación financiera es uno de los factores que se convierte en una piedra en el camino a medida que adquiere responsabilidades familiares de diferentes índoles y se adentra en el mundo laboral.
Esto lo vio Amanda Sofía López Bonceñor. Un trabajo escolar le abrió los ojos para entender que la falta de educación financiera afecta a las mujeres de su generación, incluidas las de su propia familia.
“Cuando estaba en noveno grado, me asignaron hacer un discurso persuasivo donde teníamos que escoger un tema para desarrollar. Estaba en mi casa y me di cuenta de que mi mamá todavía estaba pagando préstamos estudiantiles, lo cual me impactó mucho después de tanto tiempo de haber terminado de estudiar. Me explicó cómo fue todo, y me quedé impactada, así que decidí desarrollar mi proyecto escolar sobre por qué no nos enseñan finanzas personales en la escuela”, recordó.
En ese momento, López Bonceñor, quien estudia en la Universidad de Notre Dame, en Indiana, comenzó a leer, asistir a seminarios y conectarse con personas que sabían sobre finanzas personales. Después de completar su tarea, descubrió que quería hacer algo más que tuviera impacto en los jóvenes, pues se dio cuenta de la importancia de esto en su futuro y que nadie se lo estaba enseñando.
Sin saberlo, estaba dando los primeros pasos para crear The Financial Girl, una plataforma en redes sociales dirigida a los jóvenes, especialmente a las mujeres, “porque necesitamos esas herramientas para poder seguir desarrollándonos”. El proyecto enseña a los jóvenes sobre finanzas personales a través de redes sociales, talleres y conferencias.
“Las mujeres de mi generación estamos en desventaja. Aunque hemos avanzado mucho, creo que todavía hay barreras que afectan a las mujeres y a los jóvenes en términos financieros. La principal desventaja es la falta de educación financiera, porque muchas mujeres no reciben formación sobre cómo usar ese dinero, la inversión y la planificación financiera, algo que posiblemente a los hombres se les da. La brecha salarial y el acceso a las oportunidades siguen existiendo en ciertas industrias. La falta de confianza en el manejo del dinero también es común. Muchas mujeres creen que las finanzas son complicadas y que necesitan a alguien más que las guíe. Por eso es importante que nos eduquemos desde jóvenes”, enfatizó.
López Bonceñor opinó que lo más importante es educarse financieramente y tomar decisiones estratégicas, como aprender sobre inversiones, ahorro temprano, negociación de salarios y búsqueda de oportunidades.
“Actualmente, estoy trabajando en un proyecto de investigación donde me están pagando para aprender más sobre educación financiera y cómo esto puede ayudar a cerrar esas brechas sociales. También estaré recibiendo un premio en India el próximo mes de abril, donde también daré una conferencia sobre finanzas personales y mi proyecto”, indicó la joven.
La autora es periodista colaboradora de Suplementos.
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