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Menopausia: Una experiencia diferente para todas

10 razones por las que las niñas deben tener modelos femeninos a seguir

8 de marzo de 2025 - 12:00 AM

Durante la menopausia, las mujeres pueden experimentar el síndrome genitourinario, en el que la vagina comienza a ponerse fina, seca y sensible, perdiendo elasticidad y cambiando de acidez. (Shutterstock)

Los síntomas asociados a la menopausia pueden comenzar a presentarse desde los 40 años. Estos síntomas tienen su punto máximo un año luego de la menopausia. A este proceso previo a la menopausia se le llama perimenopausia. Usualmente, está marcado por la disminución en la función ovárica y un descenso en los niveles de estrógeno y progesterona.

La menopausia es el tiempo en la vida de una mujer cuando deja de tener su menstruación. Esto marca el fin de su etapa reproductiva. La edad promedio en que se experimenta la menopausia es de 51 años. No obstante, las mujeres alcanzan la menopausia cuando cesa su período durante doce meses consecutivos, incluidos episodios de manchado. Es una transición clave en la vida de una mujer, pero siempre recordando que la experiencia de la menopausia es diferente para cada persona.

En el periodo perimenopáusico se comienza a tener cambios en la cantidad del sangrado menstrual o tener ciclos más o menos cortos. También es cuando las mujeres comienzan a manifestar varios de los síntomas asociados a la menopausia, entre ellos los sofocos o calentones, sudoración, rubor en la cara o el cuello, sequedad vaginal, dispareunia (relaciones sexuales dolorosas), insomnio y cambios de humor.

Los sofocos, también llamados “calentones”, pueden presentarse hasta en un 75 % de las mujeres. En promedio, duran entre 5 a 7 años y están caracterizados por periodos de entre 1 y 5 minutos, en los cuales pueden presentarse palpitaciones, ansiedad, transpiraciones, escalofríos y sudoración. El único tratamiento que se ha visto que reduce significativamente los síntomas vasomotores son los estrógenos, ya sean solos o en combinación.

Con la menopausia también aumenta el riesgo de osteoporosis, que pone a la mujer en riesgo de desarrollar fracturas de la cadera y la espina dorsal. Estas fracturas no solo ponen en riesgo la vida de las mujeres, sino que también complican su calidad de vida, limitando su movilidad.

Además, pueden experimentar el síndrome genitourinario, en el que la vagina comienza a ponerse fina, seca y sensible, perdiendo elasticidad y cambiando de acidez. Esto puede asociarse con picor vaginal, irritación o ardor vaginal, dolor con las relaciones sexuales, sensibilidad, disuria (dolor o molestia al orinar), aumento en la frecuencia urinaria e infecciones vaginales o de orina. El tratamiento preferido para el síndrome genitourinario son los estrógenos vaginales. Estos han probado ser efectivos en aliviar los efectos locales, así como su seguridad de tratamiento. En un estudio realizado en Finlandia con 18,000 pacientes, el estrógeno vaginal no pudo asociarse con el riesgo de desarrollar cáncer de senos. Cuando se compara con placebo, tampoco se ha visto que incremente el riesgo de cáncer de endometrio o de hiperplasia, por lo cual no se recomienda el uso de progesterona para protección del endometrio.

Se ha visto que el uso de estrógenos ayuda a aumentar los receptores alfaadrenérgicos en la uretra. Esto, a su vez, aumenta la perfusión y la vascularización en la uretra y, por lo tanto, mejora la coaptación y aumenta la presión uretral.

La intensidad de los síntomas asociados a la menopausia puede variar entre las mujeres. Este proceso puede transcurrir sin presentar síntomas o con síntomas leves o severos. Los síntomas pueden ser tan severos que podrían afectar su calidad de vida, llevándolas a desarrollar síntomas como depresión, problemas interpersonales, de trabajo o matrimoniales.

El tratamiento de la menopausia ha variado a través de los años. Como los síntomas pueden variar de persona a persona, así también varían los tratamientos. No se debe esperar a que afecte el día a día para buscar ayuda. Muchas veces, la paciente no busca ayuda por desconocimiento. Una paciente debidamente orientada puede reconocer estos síntomas y buscar ayuda con un profesional de la salud. Mientras más información y conocimiento tenga, más fácil puede entender y mejorar los síntomas en la transición hacia la menopausia.

Hoy día, contamos con tratamientos hormonales, no hormonales, cremas vaginales, parches transdermales, anillos vaginales, humectantes, lubricantes, medicamentos para mejorar la absorción de calcio, suplementos, vitaminas, remedios naturales, productos de soya y ejercicios.

La menopausia es un proceso individual de cada mujer, por lo que los tratamientos varían de paciente a paciente. Sin embargo, la educación siempre puede ayudar a las mujeres a conocer sus signos, síntomas que experimentan y las opciones de cuidado. En fin, poder llevar una vida activa y plena.

Para conocer más sobre la menopausia, visita a tu ginecólogo, discute tus opciones y conoce sus recomendaciones.

El autor es ginecólogo obstetra con especialidad en uroginecología.

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Este contenido fue redactado y/o producido por el equipo de Suplementos de GFR Media.

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