Llegó el momento de que los patronos den prioridad a la equiparación salarial, las oportunidades de crecimiento y la renovación de los beneficios para atraer y mantener a las mujeres al mercado laboral
Llegó el momento de que los patronos den prioridad a la equiparación salarial, las oportunidades de crecimiento y la renovación de los beneficios para atraer y mantener a las mujeres al mercado laboral
Han sido años globalmente muy convulsos, en los que las brechas sociales se han acentuado profundamente. Evidentemente, sin ser el único factor, la pandemia empeoró la inequidad.
“La erosión del salario real debida a la inflación se suma a las importantes pérdidas salariales soportadas por los trabajadores y sus familias durante la crisis de la COVID‑19, que no se aprecian en los datos relativos al salario medio”, expone el Informe mundial sobre salarios 2022-2023: El impacto de la inflación y de la COVID-19 en los salarios y el poder adquisitivo, de la Organización Internacional del Trabajo.
Aunque dicho informe presenta que, al compararse con 2018 y 2019, la pandemia no causó un impacto significativo en la brecha salarial entre hombres y mujeres, esta continúa siendo muy evidente a nivel mundial.
Por su parte, la Oficina del Censo publica en su portal datos sobre el tema, entre los que se encuentra una tabla con las diferencias de los ingresos medios por ocupación entre hombres y mujeres en dólares ajustados a la inflación de 2022. Por ejemplo, en las profesiones de arquitectura e ingeniería, la remuneración para los hombres fue de $96,938 y la de las mujeres de $85,163. En labores de construcción, los hombres ganaron $50,558, pero las mujeres $40,164.
Otro dato que es importante subrayar lo brinda la Oficina de las Mujeres del Departamento del Trabajo de Estados Unidos en Comprender las diferencias salariales entre hombres y mujeres, de marzo de 2023. “Como resultado, las mujeres negras pierden unos $39,300 millones y las mujeres hispanas unos $46,700 millones en salarios más bajos cada año en comparación con los hombres blancos, que puede atribuirse a la segregación por ocupación e industria”, informó.
En el caso de Puerto Rico, la mediana de ingresos por nivel educativo para el 2021 fue de $43,751 para los hombres con maestría, grado profesional o doctorado. En cambio, para las mujeres con los mismos grados académicos fue de $32,527. Estos datos fueron incluidos en el Estudio sobre el perfil, situación actual y aspiraciones de las mujeres en Puerto Rico 2022, realizado por Estudios Técnicos Inc. para United Way de Puerto Rico. Asimismo, expone que el 44.4 % de las mujeres vive bajo nivel de pobreza.
Además de los efectos económicos de la brecha salarial, la abogada Josefina Pantoja Oquendo mencionó el impacto en el aspecto emocional, el autoconcepto y la autoestima de las mujeres. Esto, a su vez, repercute en el modelado social o el aprendizaje imitativo.
“La brecha ha existido siempre. Es uno de los reclamos que las organizaciones de mujeres y nuestras antecesoras de las industrias manufacturera y tabacalera hemos hecho”, afirmó la también coordinadora de la Organización Puertorriqueña de la Mujer Trabajadora (OPMT).
De acuerdo con la entrevistada, ha habido avances mediante la educación y la sindicalización pero el problema no se ha erradicado. “Lo cierto es que el efecto principal de todos los desastres [naturales y la pandemia] y las medidas laborales como la Ley 7 ha sido en las mujeres”, añadió la abogada sobre la vulnerabilidad social.
Aunque las leyes laborales en Puerto Rico incorporan la prohibición de la discriminación en el empleo, que incluye la relacionada con la remuneración mediante la Ley de Igualdad Salarial de Puerto Rico de 2017, la entrevistada comentó que “hay una política bien redactada, pero no creo que se está implementando y dando seguimiento”.
En cuanto a las acciones que deben ejecutarse y sostenerse, Pantoja Oquendo resaltó la educación sobre la equidad y las oportunidades en el mercado laboral. Igualmente, señaló cuán fundamental es que las personas conozcan sus derechos y los procedimientos para presentar las querellas por discriminación.
Romper el techo de cristal, en referecia a los obstáculos que enfrentan las mujeres para desarrollarse y ascender en el mercado laboral, no se logrará de manera aislada. La coordinadora de la OPMT aseguró que es necesario que las mujeres tengan acceso a un sistema de apoyo en su día a día porque son quienes se encargan de la mayor parte de las responsabilidades domésticas y de cuidados.
Con relación a esto, la Comisión Económica para América Latina y el Caribe informó, en noviembre de 2022, que, en la región, “las mujeres dedican un 19.6 % de su tiempo al trabajo doméstico y de cuidados no remunerado, mientras que los hombres apenas un 7.3 %”.
Si bien este artículo expone datos sobre la brecha salarial que han sido presentados en las fuentes de información consultadas desde el concepto binario hombre-mujer, es indiscutible que la discriminación laboral extiende su nefasta marginación por razón de identidad de género (conocimiento interno de una persona sobre su propio género) y orientación sexual.
Con respecto a la remuneración, en enero de 2022, la Campaña de Derechos Humanos (HRC, por sus siglas en inglés) publicó en su portal que las personas LGBTQ+ ganan menos que sus colegas heterosexuales y cisgénero, entre otros datos específicos que reflejan la gravedad de la discriminación enraizada en el mercado de trabajo.
La periodista es colaboradora de Suplementos.
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