La endocrinóloga cuenta sus experiencias sobre el tratamiento y la educación sobre diabetes
La endocrinóloga cuenta sus experiencias sobre el tratamiento y la educación sobre diabetes
A los once años, una jovencita llamada Myriam Zahydée conoció a una nueva compañera de estudios en la Escuela de la Universidad de Puerto Rico. En el proceso natural de socialización a principios de clase, la recién llegada le advirtió a sus nuevos amigos: “Si me ven hablando raro, mareada o sudando, por favor llamen a mi mamá. Tengo diabetes y neces
Aquel encuentro inició la extensa y fructífera trayectoria de la doctora Myriam Allende-Vigo, endocrinóloga especializada en el tratamiento de esta condición, quien decidió recopilar todas sus vivencias –junto con las anécdotas de sus colegas de la profesión– en un libro titulado Historia de la endocrinología en Puerto Rico: pinceladas, anécdotas y recuerdos (2021), del que fue editora y colaboradora.
Allende-Vigo rememoró esa experiencia como una premonición de lo que, eventualmente, sería su futuro profesional. “Mi amiga fue la primera persona que mencionó la palabra endocrinología al referirse al especialista que manejaba su condición”, recordó. Por su buen promedio en sus estudios de bachillerato en Química –también en la UPR–, Allende-Vigo entró de forma acelerada a la Escuela de Medicina de esa institución académica. “Allí me encontré con excelentes profesores de endocrinología. Cuando entré al internado, me tocó como mentor el doctor Francisco Aguiló, un endocrinólogo muy reconocido, y ahí me decidí a seguir por ese campo”, admitió.
Escoger esa carrera ha tenido un gran significado para la especialista, al comprender sus alcances. “Es una rama que requiere mucho contacto con los pacientes, que permanecen bajo nuestro cuidado por mucho tiempo, por tratarse de condiciones crónicas que deben manejarse con los tratamientos disponibles para tener la mejor vida posible dentro de sus circunstancias”, aseguró.
“Este libro no se escribió para ganar dinero”, aclaró Allende-Vigo, quien mantiene su práctica privada como endocrinóloga en Humacao. “La idea fue realizar una tirada limitada para compartirla con los integrantes de la Sociedad de Endocrinólogos de Puerto Rico (SEPR) –organización a la que he estado involucrada por muchos años– y, además, enviarla a las bibliotecas como texto de referencia”, recalcó.
Allende-Vigo ya estaba recopilando anécdotas de su práctica, tras retirarse de sus funciones en la UPR, en el 2015. Comenzó a escribir sobre ello y lo convirtió en un proyecto personal, que pudo completar durante el 2020. “Contacté a muchos colegas, algunos ya retirados, para trazar una línea de tiempo que nos permitiera contar la historia de la manera más precisa que fuera posible”. De igual manera, recurrió a los archivos históricos de la SEPR para revisar documentos y fotos que resumen el alcance y la magnitud del trabajo que realizan estos especialistas en beneficio de sus pacientes.
De igual manera, la redacción de este libro permitió que Allende-Vigo repasara sus grandes logros profesionales. “Mi mayor logro ha sido (y todavía es) promover la excelencia en la práctica de esta especialidad”, aseguró. “Me enfoqué en que el programa educativo de la UPR y en la SEPR se afianzara. También me propuse realizar actividades académicas con el apoyo de la facultad de médicos especialistas de universidades de gran prestigio en Estados Unidos, Centro y Sudamérica, entre otros países”, señaló.
Este proyecto educativo ha permitido el intercambio de saberes entre especialistas locales y sus pares internacionales. Igualmente, ha ampliado su conocimiento con las nuevas tendencias y tecnologías disponibles para el tratamiento de la diabetes, una de las condiciones crónicas más comunes en el mundo, de acuerdo con las cifras más recientes de la Federación Internacional de Diabetes.
Uno de los proyectos que le producen gran ilusión es la educación en diabetes, tarea que Allende-Vigo ha asumido con el establecimiento del Eastern Puerto Rico Diabetes Care Center, adscrito a su práctica privada en Humacao. “Hemos ofrecido cursos para certificar a profesionales de la salud de diversos campos –médicos, enfermeros, psicólogos, trabajadores sociales, nutricionistas y personal de apoyo clínico, entre otros– para que tengan un conocimiento más profundo, certero y vigente del manejo de esta condición”, explica la especialista.
Una ganancia significativa de este aprendizaje, que certifica a sus participantes como educadores en la condición, es la oportunidad de que, entre sus facilitadores, haya personas que viven con diabetes. “Contamos con una nutricionista y un endocrinólogo pediátrico –ambos viven con diabetes tipo 1. Son personas que están viviendo la condición y, aunque cualquiera puede describir un tratamiento, es más valioso e impactante cuando las personas cuentan sus experiencias y soluciones disponibles”, explicó.
Otro proyecto que le causa una gran ilusión es el lanzamiento de Diabetes University Online, que arrancará el próximo año como un programa de educación continua y una certificación profesional para médicos primarios. “La idea es capacitar a estos profesionales para aliviar la carga de los especialistas que, por cierto, no estamos escasos como mucha gente piensa”, destacó la doctora. “La realidad es que, en Puerto Rico, la incidencia y la prevalencia de esta condición es muy alta y necesitamos aunar esfuerzos para mejores tratamientos y mayores oportunidades de educación preventiva”, finalizó Allende-Vigo.
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