La ejecutiva de cuentas y gerente general en CADA Advertising hace un recuento de lo aprendido con su padre
La ejecutiva de cuentas y gerente general en CADA Advertising hace un recuento de lo aprendido con su padre
“Mi papá es mi mejor amigo, consejero y guía de vida. Es la persona con la que cuento al tomar decisiones importantes y al que invito a tomar un vinito para el almuerzo”, dijo Krisstarah Méndez, ejecutiva de cuentas y gerente general en CADA Advertising.
Para esta joven profesional, su padre, Carlos D. Méndez Pérez, es una figura que representa no solo al hombre proveedor, fuerte y que nunca lo ha dejado pasar necesidades, sino también el padre que les brinda mucho cariño, amor y a quien siempre pueden acudir en busca de un buen consejo.
“Mi papá es un hombre grande e intimidante para el que no lo conoce, pero un peluche lleno de amor para nosotros [mi mamá, mi hermano Leonaldo Méndez y yo]. Lo que tiene lo ha logrado por su propio esfuerzo. Él es dueño de su negocio, su destino y estilo de vida”, mencionó Méndez.
Con gran admiración y mucho amor narró cómo su padre se labró su propio camino desde temprana edad. Describió que su esfuerzo y las ganas de echar pa’ lante lograron que surgiera Méndez Iron Works, una empresa que se dedica al manejo de materiales como el hierro, soldadura y montaje industrial. “Papá se levantaba muy temprano, llevaba a mi mamá a la universidad, me llevaba a casa de mi abuela para que me cuidara y luego salía a buscar a mi abuelo, quién le enseño los principios de la soldadura. A mitad de día, salía a buscar a mi mamá la dejaba en el trabajo y él regresaba al suyo. Para él era un día largo, ya que su trabajo no terminaba a las 5:00 p.m., sino que llevaba a mi abuelo a la casa y él regresaba al taller a terminar el trabajo del día”, añadió.
Pero, como ella misma describió, fue este sacrificio duro y enfocado lo que permitió luego comenzar a recoger sus frutos. “Hoy puedo darle gracias por la vida que nos ha dado. Un lugar seguro para vivir, una buena educación, la enseñanza a través de principios para poder llevar una vida balanceada y convivir con las personas que nos rodean. Viajar a otros lugares para conocer que hay más mundo que nuestra hermosa isla, pero sin olvidar de dónde venimos y dónde estamos”, afirmó la joven publicista.
Para Krisstarah, todas estas experiencias y forma de enseñanza de su padre, la han ayudado a entender que uno decide quién quiere ser, cómo comportarse y definir cómo crecer, mientras disfrutas de los días. Hoy, ella, puede ver cómo su padre goza del fruto de su trabajo junto a su familia.
“Es de gran admiración que, después de 30 años de casado con mi mamá, hoy todavía son novios, que salen juntos a todos lados con o sin amigos, a disfrutar de sus tardes y fines de semana. He sido testigo de su decisión de amarse y amarnos, guiarnos, así como ayudarnos a tomar decisiones correctas que tengan el objetivo de sentirnos felices con nuestras vidas”, manifestó.
Esta hija orgullosa de su padre lo cataloga como un hombre trabajador, cariñoso y el cacique de la familia; ese proveedor que siempre les provee y los ha preparado para enfrentar el mundo. “Mi papá fue el que me enseñó a ahorrar, a prepararme para un futuro libre de deudas. Me decía de pequeña que si quería algo tenía que ganármelo con acciones. Estas iban desde ayudar a mi mamá en la casa, enfocarme en mis estudios y trabajar para ganarme mis cosas (desde pequeña me enseñaron a aportar para lo que deseaba)”, dijo.
Con una gran sonrisa en su rostro y ojos llenos de sentimiento, expresó que su papá es todo para ella. Un hombre que siempre le ha aconsejado a caminar por la vereda derechita junto a él. Una hija que cuenta con su experiencia, consejos y su protección para crear su camino.
“Hoy, puedo decir que me siento muy afortunada, satisfecha y agradecida con el camino que he creado, con la familia que estoy desarrollando y con mi carrera profesional. Siempre con metas y ambiciones porque él me ha enseñado que las cosas no aparecen solas; hay que trabajar, dedicarles esfuerzo y dedicación para lograr lo que uno se propone. Para mí, el Día de los Padres es un día como cualquier otro, sin embargo, amo celebrar la vida y el amor de mi papá, de mi mamá y de mi hermano, pero pienso que eso se celebra todos los días. Hay que demostrar el amor y cuán importantes son en nuestras vidas. Les diría a los hijos e hijas que un padre o una madre lo son todo. Son nuestra guía y mayor protección contra el mundo y uno mismo; son quienes nos aceptan sin condiciones. Es el amor más puro e incondicional que puede existir, y no quiero pensar cuando lleguen los nietos, ¡que esto estará a otro nivel! Carlos Méndez, quiero decirte: “¡gracias y te amo!”, concluyó.
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