En exceso, puede inhabilitar la capacidad de aprender del ser humano y generar una dependencia
En exceso, puede inhabilitar la capacidad de aprender del ser humano y generar una dependencia
En tiempos donde la tecnología es parte integral de la vida cotidiana, es un hecho que la educación tiene que moverse tan rápido como los avances de la ciencia. Así es como la inteligencia artificial está tomando su espacio en la enseñanza pero, como todo, tiene sus pros y sus contras, ya que todo cambio representa nuevos desafíos.
Para Samuel E. Matos Flores, estudiante de doctorado en Ingeniería y Ciencias Aplicadas, con especialidad en el área de Ingeniería de Computadoras de la Universidad Politécnica de Puerto Rico (UPPR), la inteligencia artificial vino a facilitarle la vida a las personas.
“La definición más básica es que la inteligencia artificial intenta emular la capacidad extraordinaria de pensar de nuestro cerebro. Esa tecnología funciona para facilitar algunas tareas comunes de las personas, dependiendo de la industria y el campo donde se quiera implementar”, explicó el estudiante doctoral, quien tiene un bachillerato en Ciencias en Computadora de la Universidad de Puerto Rico (UPR) en Bayamón.
En el caso de la educación, Matos Flores afirmó que el programa de inteligencia artificial del que todo el mundo está hablando es el Chat GPT.
“El Chat GPT es el nuevo Google para las nuevas generaciones. Es lo mismo, sin embargo, tienes la capacidad de hacerle preguntas. A Google le hablas y te presenta un resumen y páginas relacionadas, pero a Chat GPT se le hace la pregunta y ella nos contesta como si fuera una persona, nos da hasta información que no le pedimos”, explicó.
El grado de avance tecnológico es tal, que muchos temen que sea demasiado capaz y que los estudiantes sustituyan el desarrollo de sus conocimientos por su uso inapropiado.
“Es la amenaza más grande para los maestros y es una preocupación porque Chat GPT tiene capacidad de ir mejorando. Entre más datos se le suministre, más mejora, mayor es su precisión y mejor es su respuesta”, indicó el experto.
Esta capacidad de responder cualquier pregunta, con detalles, es lo que mantiene a muchos educadores escépticos ante este avance tecnológico, porque piensan que puede impedir el desarrollo de los estudiantes. Sin embargo, el experto en estas tecnologías aseguró que no se debe prohibir su uso, sino ajustarlo a las necesidades educativas.
“Entiendo que no se deben rechazar las herramientas de inteligencia artificial, el rechazar lo que hace es que los educadores no tengan el conocimiento de estas tecnologías. El miedo es válido pero no debemos tenerle miedo y rechazarlo, sino educarnos en esas tecnologías y ver cómo se pueden implementar”, aseguró Matos.
Ciertamente, toda herramienta en manos hábiles es de mucha ayuda, así ocurre con el Chat GPT, el cual, además de facilitar tareas del ser humano, “permite elaborar nuevas áreas de trabajo, crear nuevos conocimientos y aportar herramientas de innovación a la educación”, detalló Matos.
Sin embargo, recomendó a los alumnos que usen la herramienta de inteligencia artificial, que, aunque se vean tentados a permitir que Chat GPT les haga la vida más fácil, la usen de manera responsable, ya que puede terminar siendo una navaja de doble filo.
“Su uso excesivo puede inhabilitar la capacidad de aprender del ser humano, puede generar una dependencia y eso va a depender de hasta qué punto utilice esa herramienta para solucionar problemas en su ámbito educacional. También pueden utilizarla para no leer y eso puede llevarla a perder destrezas de lectura, capacidad de razonamiento, pensamiento crítico”, enumeró.
En el caso de los estudiantes, estos deben optar por hacer un uso ético de las herramientas artificiales porque, al final del día, son ellos los que se perjudican cuando tengan que salir al mundo laboral a poner en práctica lo aprendido en la universidad.
“Si no se va inculcando la buena práctica del uso de la tecnología, lo van a usar de manera inapropiada para hacer plagio, para contestar preguntas. Es una herramienta y escape fácil para momentos donde no podemos trabajar algo por determinada situación. Sin embargo, cuando entras a la fuerza laboral y tienes una situación, tienes que saber manejarla y lo que aprendiste en clase es lo que te ayudará a saber cómo hacerlo. Es más gratificante, uno se siente mucho mejor, uno vale más para la industria y tienes la capacidad de seguir escalando”.
“Si crean una dependencia de usar la inteligencia artificial como un escape para facilitar el trabajo y aprovechar el tiempo, una vez entren a su profesión, ¿cómo podrás confiar en que sabrás hacer tu trabajo?”, cuestionó Matos Flores.
Por esto, se recomienda que el profesor no le dé la espalda al Chat GPT, sino que lo use a su favor, y que continúe capacitándose conforme vaya pasando el tiempo y salgan otros adelantos tecnológicos para que esté a la par con los estudiantes de estas generaciones.
“Si un profesor está acostumbrado a una manera de enseñar, debe moverse a un nuevo ese estilo de enseñanza. Adicional a eso, los educadores pueden criollizar las preguntas que piden a sus estudiantes para evitar que el Chat GPT pueda tener respuestas elaboradas” recomendó Matos.
La autora es periodista colaboradora de Suplementos.
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