

Cerca del 18 % de los bebés del archipiélago borincano nacen en las instituciones del Grupo Hospitalario Manatí, Mayagüez y Bayamón Medical Center, donde se promueve el parto humanizado.
Allí, la seguridad de la embarazada es un asunto prioritario que se da en un proceso que es respaldado por profesionales de la salud comprometidos y preparados para atender sus necesidades, brindándole tranquilidad a la paciente y a sus seres queridos.
Esto se logra a través de un ambiente idóneo con habitaciones de parto diseñadas para celebrar la llegada del nuevo integrante de la familia, con la implementación de la tecnología más avanzada y el establecimiento de protocolos que disminuyen el riesgo de cesáreas, de parto inducido sin indicaciones y de otras complicaciones que se pudieran presentar.
El doctor William Ramírez Cacho, director de Obstetricia, Ginecología y Servicios de Salud de la Mujer del Grupo Hospitalario, destacó que “nosotros nos dejamos regir por los estándares más altos en calidad”.
“Para eso, pedimos aprobaciones y certificaciones de la Joint Commission y del Departamento de Salud, [entre otros organismos reguladores], y también seguimos protocolos de, por ejemplo, el Colegio Americano de Obstetricia y Ginecología y de la Sociedad de Medicina Materno Fetal”, detalló el ginecólogo obstetra con subespecialidad en perinatología.
El galeno destacó que los tres hospitales del grupo cuentan con intensivos neonatales de nivel 3, con neonatología y el respaldo de los subespecialistas pediátricos, tanto médicos como quirúrgicos, y un servicio de anestesia “bien robusto”.
Igualmente, “estamos comenzando un programa para promover el uso de las [anestesias] epidurales en la sala de parto para manejo del parto sin dolor, pues eso también ayuda a disminuir la incidencia de cesáreas”, aseveró.
De hecho, Ramírez Cacho sostuvo que “estamos trabajando con la tasa de cesárea. Manatí Medical Center ya tiene una tasa de cesárea primaria de
25 % y se está trabajando para que los otros dos hospitales de nuestro grupo hospitalario bajen aún más sus tasas de cesáreas”. En comparación, en Puerto Rico, dicha tasa se estima en el 50 %.
Para lograr una disminución en las cesáreas, reveló que “estamos tomando una serie de medidas para disminuir las inducciones que no tengan indicaciones, tales como identificar a los bebés que se van sobrepeso y tratar de inducir el parto antes de que el bebé tenga más peso, siempre y cuando cumplan con la edad gestacional indicada”.
Apuntó que la política conocida como Hard Stop Policy es un mecanismo desarrollado para prevenir los partos electivos sin indicaciones antes de las 39 semanas. “Se sabe que, cuando eso sucede, la incidencia de cesárea es menor porque [los médicos] tienden a tener menos prisa”, apuntó para agregar que “esa prisa y hacer la inducción está forzando a una paciente a ponerla de parto y hay que tener la proyección de que esa inducción, a veces, va a tomar tres días. Hemos tenido pacientes que están en inducción 24, 48 o 72 horas hasta que se ponen de parto activo”, explicó.
En tanto, detalló que los facultativos, médicos residentes y personal de sala de parto cuentan con otros entrenamientos, entre estos, Advanced Life Support in Obstetrics “para manejar emergencias obstétricas, tales como sangrado posparto y distrofia de hombros, que es cuando se encaja un bebé y no puede salir”.
Tecnología de avanzada
Una de las particularidades que caracteriza a este sistema hospitalario es el monitoreo continuo de la embarazada, incluyendo un monitoreo fetal centralizado electrónico.
“Tenemos el monitoreo wireless que, cuando la mamá está en proceso de parto, no tiene que estar con los cables conectados a la máquina. Eso promueve que la paciente pueda caminar mientras se está monitoreando al bebé. Además, contamos con un equipo de sonografía bien avanzado que nos permite diagnosticar y hacer evaluaciones más certeras”, reveló.
“Igualmente, tenemos tecnología de MRI para evaluar la condición de la placenta. Esa tecnología nos permite diagnosticar, corroborar y aportar al diagnóstico de las anomalías del bebé. También contamos con un servicio de radiología intervencional, que nos ayuda cuando hay complicaciones posparto, entre estas, sangrado”, agregó. Asimismo, cuentan con un monitoreo electrónico mediante tags como parte de los protocolos para dar el alta.
“El parto es un proceso donde la familia está presente. Es la única circunstancia en el hospital donde la gente está contenta y celebrando y nosotros hemos tomado eso en serio y lo fomentamos”, manifestó.
“En obstetricia, la mayor parte de los casos salen sin complicaciones, pero cuando hay una complicación, en cuestión de segundos [se podría poner en riesgo] la vida de la mamá o del bebé y para eso hay que estar ready con una • preparación adecuada y, preferiblemente, en el ambiente de un hospital para actuar con prontitud”, subrayó.
Finalmente, insistió en que “nuestro grupo hospitalario está sólido y bien preparado para atender todas estas necesidades que están ocurriendo a nivel de la población, en términos de los servicios materno-infantiles: maternidad, obstetricia y parto”.
“Tenemos los recursos para la tranquilidad de la madre y de la familia. Además, tenemos el lado humanista, el sentido de que el parto es un evento familiar y promovemos el parto humanizado”, concluyó.
La autora es periodista colaboradora de Puerto Rico Saludable.
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