Nadie está exento de atravesar situaciones difíciles a lo largo de su vida. Enfrentarse a circunstancias adversas podría despertar preocupaciones, generar un sentido de impotencia o provocar frustraciones en las personas.

Para Perla Sofía Curbelo, terapista hortícola certificada por el Chicago Botanic Garden, una respuesta para un mejor manejo de los conflictos que agobian a las personas podría encontrarse en la naturaleza. Incorporar plantas a su entorno y actividades que involucren espacios verdes a su rutina diaria trae consigo una gran oportunidad de beneficios emocionales, físicos y mentales para su vida, enfatizó Curbelo.

“Una de las ventajas de sembrar es que, previo a cualquier circunstancia, ya tienes establecido un patrón, una relación de cuidado y mantenimiento con las plantas que te ayudan a filtrar mejor cualquiera que sea las circunstancia que estás atravesando”, planteó la fundadora de la plataforma Agrochic.

La también periodista agregó que las personas que desarrollan un hábito de integrar plantas a su entorno pueden determinar de manera más rápida cuándo deberían buscar ayuda profesional para enfrentar una crisis.

Cuidar de la naturaleza es una práctica beneficiosa para lidiar con situaciones de salud mental. Curbelo señaló que son cada vez más los profesionales de la salud que “recetan la naturaleza” para complementar los tratamientos médicos y las terapias psicológicas.

“Trabajar con las plantas o disfrutar de actividades basadas en la naturaleza va a ser, entonces, un apoyo que va a reforzar esas otras acciones que tomamos para devolvernos el sentido de control”, comentó la periodista.

Una investigación del Centro Nacional para la Información Biotecnológica de la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos reveló que la exposición y la participación de las personas en espacios verdes mejoran sus niveles de interacción y autoestima, reducen trastornos como la ansiedad y los cambios de estados de ánimo y sirven como espacios para el descanso y la recreación.

Curbelo mencionó que relacionarse con la naturaleza en períodos de adversidad provee un entorno para que las personas despejen su mente de los problemas e inviertan su tiempo en actividades de tranquilidad que les encaminan a un mejor bienestar.

“Esas actividades nos proveen un espacio de relajación; un espacio donde nosotros dejamos de pensar, aunque sea temporalmente, en todos los problemas que tenemos o en las posibles adversidades”, mencionó la terapista hortícola.

Más allá de los beneficios personales, las actividades que involucran a las plantas fomentan una mejor conexión y comunicación entre las personas. Participar de los procesos de siembra, cosecha y cuidado de plantas impulsa a los individuos a establecer vínculos con personas que comparten sus mismos intereses y a contribuir al bienestar de los demás, indicó Curbelo.

“Ya la gente no quiere sembrar solamente porque quiere poner su casa bonita o cosechar. Es porque lo que hacen, los hace sentir bien, tienen una mejor comunicación, una mejor relación con ellos mismos y también con las personas que están a su alrededor”, añadió la periodista.

Investigadores de la Universidad de Princeton hallaron que los niveles de bienestar emocional y felicidad reportadas por las personas que practican la jardinería resultaron similares a los que sentían mientras realizaban otras actividades comunes como andar en bicicleta, caminar o salir a cenar.

Incluso, la jardinería fue la única actividad en la que tanto las mujeres como las personas de bajos ingresos reportaron un mayor estado de bienestar emocional que los hombres y personas de clase media y alta, según otro estudio publicado en la Revista Landscape and Urban Planning.

En la misma línea, las flores sirven para atemperar los estados de ánimo y provocar un impacto en la felicidad de las personas. Los participantes de un estudio de la Universidad de Rutgers expusieron sentirse menos deprimidos, ansiosos y agitados después de recibir flores.

El rendimiento de la memoria y la capacidad de atención de una persona mejoran en un 20 por ciento después de interactuar con la naturaleza durante una hora, reveló un estudio de psicología en la Universidad de Michigan.

La naturaleza ayuda a las personas a conectar y a sentirse a gusto consigo mismas y a comportarse mejor con los demás. La exposición a entornos naturales extiende su beneficio al conducir a las personas a valorar más sus relaciones, comunidad y despertar su generosidad, señaló, por otra parte, una investigación de la Universidad de Rochester.

Curbelo resumió los beneficios de rodearse de plantas y concurrir a espacios verdes al señalar que, con frecuencia, estas actividades pueden generar una conexión más profunda con la naturaleza y originar sentimientos de inspiración y gratitud en las personas.

“Vemos esa relación directa de bienestar. Tenemos más cosas para hablar, para compartir; tenemos más motivos para sonreír”, finalizó diciendo.