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Los pacientes oncológicos pueden enfrentar situaciones de salud a raíz de los diversos tratamientos, como la quimioterapia, la radioterapia o la cirugía. No obstante, la fisioterapia oncológica puede mejorar significativamente la calidad de vida de los pacientes. Esta disciplina se centra en desarrollar un plan de rehabilitación con la colaboración de un equipo multidisciplinario.
Inicialmente, el fisiatra oncólogo realizará una evaluación para conocer en detalle las afecciones y tratamientos de cada paciente. El proceso de evaluación permitirá identificar los factores de riesgo para desarrollar un plan de rehabilitación personalizado con el interés de mejorar la calidad de vida de los pacientes de cáncer y reincorporarlos a sus actividades cotidianas.
Durante la evaluación, se revisará el historial médico, incluyendo el tipo de cáncer y el tipo de tratamiento que ha recibido o recibe actualmente. Además, se realizará un cernimiento musculoesquelético y se tomarán en consideración las posibles barreras arquitectónicas como las características del hogar del paciente, desde el acceso al baño y la habitación hasta si el hogar tiene escaleras, entre otros elementos.
Las metas funcionales pueden establecerse para mejorar la movilidad, abordar síntomas comunes en pacientes oncológicos, como el dolor, la neuropatía periférica y la fatiga asociada al tratamiento, y el uso de equipos que faciliten la movilidad, según sea necesario. Estas metas deben ser realistas y se establecen a corto y largo plazo, con el propósito de independizar al paciente y mejorar aspectos como la resistencia cardiovascular o actividades cotidianas como levantarse de la cama, ir al baño, levantar los brazos o caminar.
El plan de ejercicios se define individualmente, de acuerdo con las capacidades y necesidades del paciente. Según las recomendaciones de la Asociación Americana del Corazón y de la Sociedad Americana del Cáncer, se recomiendan al menos 30 minutos de ejercicios aeróbicos tres veces a la semana.
Existen diversos escenarios para recibir rehabilitación, tanto en el hogar como de manera ambulatoria o en una unidad especializada en rehabilitación. De esta manera, el paciente tiene atención directa de un equipo multidisciplinario integrado por el terapista físico, el terapista ocupacional, el terapista de habla y el terapista recreacional, de acuerdo con su necesidad. Según estadísticas, cada día que un paciente permanece en cama, sin actividad física, puede perder hasta 1 % de masa muscular.
Tras un diagnóstico de cáncer, y durante todo el proceso de tratamiento, la comunicación entre todo el equipo es fundamental para poder identificar los factores que puedan limitar el progreso del paciente.
El autor es uno de los únicos tres fisiatras con especialidad en oncología en Puerto Rico. Ofrece servicios en el Centro de Cáncer y la Unidad Especializada en Rehabilitación del Hospital Auxilio Mutuo. Para coordinar una cita, llama al 787-758-2000, extensiones 3509 y 3508.
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