Hoy, en el marco del día de concienciación, hay que impulsar la importancia de un diagnóstico temprano, el acceso a tratamientos adecuados y el apoyo emocional para los pacientes
Hoy, en el marco del día de concienciación, hay que impulsar la importancia de un diagnóstico temprano, el acceso a tratamientos adecuados y el apoyo emocional para los pacientes
La dermatitis atópica es una enfermedad inflamatoria crónica de la piel que se caracteriza por la presencia de enrojecimiento, picazón intensa, resequedad y, en casos graves, formación de costras o infecciones. Las personas con dermatitis atópica suelen tener una piel muy sensible, con una barrera cutánea debilitada, lo que permite la pérdida de humedad y facilita la entrada de irritantes o alérgenos.
Según el Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas (NIAID, por sus siglas en inglés), la causa exacta de la dermatitis atópica no se conoce, pero se cree que está relacionada con una combinación de factores genéticos, disfunciones inmunitarias y elementos del entorno, como el clima, los productos químicos o el estrés. Las personas con antecedentes familiares de DA, asma o alergias son más propensas a desarrollar esta enfermedad.
La dermatitis atópica es una afección frecuente y cualquier persona puede contraerla a cualquier edad. Sin embargo, por lo general, comienza en la infancia. En muchos casos, la dermatitis atópica desaparece antes de la adolescencia. Sin embargo, algunos niños pueden seguir teniendo síntomas como adolescentes y adultos. Algunas veces, la enfermedad aparece por primera vez durante la edad adulta.
Datos de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades revelan que, aproximadamente, 16.5 millones de adultos en Estados Unidos han sido diagnosticados con dermatitis atópica, de los cuales más de 6 millones presentan una forma moderada a grave de la enfermedad. En Puerto Rico, la prevalencia es de, aproximadamente, de un 10 a un 12%, lo que indica que miles la padecen.
La dermatitis atópica tiene un impacto profundo en la calidad de vida de quienes la padecen, ya que la picazón constante puede interferir con el sueño, la concentración y las actividades diarias. En casos graves, puede afectar la salud mental, provocando ansiedad o depresión, lo que subraya la necesidad de un tratamiento integral.
De acuerdo con MedlinePlus, el servicio informativo de la Biblioteca Nacional de Medicina de los Estados Unidos, los síntomas en la piel pueden incluir ampollas que supuran y forman costras, piel seca en todo el cuerpo o zonas de piel con protuberancias en la parte de atrás de los brazos y al frente de los muslos, secreción o sangrado del oído, zonas de piel en carne viva por el rascado, cambios en el color de la piel, como más o menos color con respecto al tono normal de esta; enrojecimiento o inflamación de la piel alrededor de las ampollas, zonas gruesas o con apariencia de cuero, lo cual puede ocurrir después de rascado o irritación prolongada.
El sitio web menciona, además, que tanto el tipo de erupción como el lugar donde aparece pueden depender de la edad de la persona. En niños menores de 2 años, las lesiones de piel empiezan en la cara, el cuero cabelludo, las manos y los pies. Con frecuencia, se trata de una erupción que produce picazón y ampollas que supuran o forman costras. En niños mayores y adultos, la erupción se observa con mayor frecuencia en el interior de las rodillas y los codos. También puede aparecer en el cuello, las manos y los pies. En adultos, la erupción se puede limitar a las manos, párpados o genitales.
Según los Institutos Nacionales de Salud (NIH por sus siglas en inglés), los tratamientos comunes incluyen: hidratación diaria de la piel con emolientes o cremas especiales para fortalecer la barrera cutánea; corticoides tópicos para reducir la inflamación y la picazón durante los brotes; inmunomoduladores tópicos para controlar la respuesta inmunitaria de la piel; fototerapia en casos moderados o graves, que utiliza la luz UV para calmar la inflamación; y medicamentos biológicos en casos graves donde los tratamientos convencionales no han sido efectivos.
Además del tratamiento médico, las personas con dermatitis atópica deben evitar factores que desencadenan los brotes, como el estrés, los productos químicos irritantes, el clima seco y las temperaturas extremas.
El Instituto Nacional de Artritis y Enfermedades Musculoesqueléticas y de la Piel (NIAMS, por sus siglas en inglés) recomienda a los pacientes:
Te invitamos a descargar cualquiera de estos navegadores para ver nuestras noticias: