Si bien cada 22 de julio se celebra el Día Mundial del Cerebro, cualquier día del año es un buen momento para concienciar y promocionar la salud cerebral
Si bien cada 22 de julio se celebra el Día Mundial del Cerebro, cualquier día del año es un buen momento para concienciar y promocionar la salud cerebral
El paso del tiempo, la genética y ciertas enfermedades pueden afectar el buen funcionamiento del cerebro. Pero, también existen ciertos hábitos que pueden ser dañinos para su funcionamiento. Para tratar de minimizar los riesgos, es importante que tomes el control desde temprano en tu vida, para poder tener un cerebro saludable.
“La salud cerebral se describe como la habilidad de pensar, de razonar y procesar la información que nos rodea, y cómo nosotros actuamos de acuerdo con esa información. Además, tiene que ver, sobre todo, con la memoria a largo plazo y reciente. Con el tiempo, tanto en hombres como en mujeres, se ve un deterioro y una degeneración que se describe como algo “normal”, por la edad”, explicó el doctor Caleb Feliciano, neurocirujano y profesor del Departamento de Neurocirugía y también del Programa de Neurocirugía Endovascular del Recinto de Ciencias (RCM) de la Universidad de Puerto Rico (UPR).
El factor tiempo puede tener efecto en la salud cerebral, porque el ser humano alcanza un pico de función adecuada de nuestro cerebro en la juventud temprana y, con el tiempo, comienza a deteriorarse.
“Siempre hay unos fallos en la memoria, en la habilidad de razonar, en la velocidad con la que responden a los estímulos, y algo de eso es normal”, aseguró el doctor Feliciano.
Sin embargo, cuando estas situaciones comienzan a afectar las actividades diarias, “ya entra en algo patológico, o sea algo que no es normal, y esos son signos o síntomas de un cerebro que no está saludable”, señaló.
Los problemas cerebrales pueden ser multifactoriales: genéticos, ambientales y también pueden ser consecuencia de nuestro estilo de vida. De estos factores, solo se puede modificar el estilo de vida, ya que el ambiente no se puede controlar todo el tiempo, y la genética no se puede cambiar.
“Lo que más nos preocupa es dilatar algún tipo de periodo significativo en la cognición o en el funcionamiento cerebral. Los hábitos que podemos adaptar en nuestra vida para evitar hasta cierto grado este deterioro son cosas que todos conocen, lo que pasa es que están ahí y no las hacemos”, indicó el también profesor del RCM, quien recomienda que desde jóvenes adapten estos cambios en el estilo de vida.
La autora es periodista colaboradora de Puerto Rico Saludable.
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