Descubre su impacto y cómo lograr una mejor calidad de vida
La adiposidad, comúnmente conocida como obesidad, es un desafío global de salud pública que ha incrementado significativamente en las últimas décadas. Se define como una acumulación excesiva de grasa corporal que puede impactar la salud. Sin embargo, entender la obesidad como una enfermedad crónica y multifactorial abre la puerta a soluciones efectivas y basadas en evidencia. Conversamos con la doctora Paola Mansilla Letelier, endocrinóloga, para conocer sobre este importante tema.
José Álvarez-Romagosa (JAR): ¿Por qué es importante abordar la obesidad como una enfermedad y no solo como un problema de estilo de vida?
Paola Mansilla Letelier (PML): La obesidad es una enfermedad crónica reconocida por organizaciones como la Obesity Society, la Endocrine Society y la American Board of Obesity Medicine (ABOM). No se trata únicamente de peso o apariencia, sino de un desequilibrio multifactorial que incluye factores genéticos, metabólicos, hormonales y ambientales.
La acumulación excesiva de tejido adiposo puede aumentar el riesgo de diversas enfermedades crónicas, pero reconocerla como una enfermedad permite acceder a tratamientos efectivos, como medicamentos, terapias conductuales, planes nutricionales personalizados y, en algunos casos, cirugía metabólica. Este enfoque integral no solo mejora la calidad de vida, sino que también previene complicaciones mayores, promoviendo una vida más saludable.
JAR: ¿Qué enfermedades están asociadas con la obesidad o adiposidad excesiva?
PML: El exceso de tejido adiposo está relacionado con múltiples enfermedades médicas, tanto metabólicas como no metabólicas. Entre ellas se encuentran:
• Metabólicas: diabetes tipo 2, dislipidemia o colesterol alto, hipertensión, enfermedad del hígado graso no alcohólico (NAFLD), síndrome metabólico y resistencia a la insulina.
• Cardiovasculares: enfermedades cardíacas, insuficiencia cardíaca y accidentes cerebrovasculares.
• Respiratorias: apnea obstructiva del sueño, asma y síndrome de hipoventilación.
• Ortopédicas: osteoartritis, dolor articular crónico y problemas de movilidad.
• Gastrointestinales: enfermedad por reflujo gastroesofágico (ERGE) y cálculos biliares.
• Neurológicas: depresión, ansiedad y mayor riesgo de demencia.
• Cánceres asociados: cáncer de mama (posmenopáusico), colon, endometrio, riñón, esófago (adenocarcinoma), páncreas, hígado, ovario, mieloma múltiple y ciertos linfomas.
El manejo adecuado de la obesidad puede reducir significativamente estos riesgos, brindando a los pacientes una mejor calidad de vida.
JAR: ¿Cuál es la relación entre el tejido adiposo y la inflamación crónica?
PML: El tejido adiposo, especialmente el visceral, es un órgano metabólicamente activo que secreta hormonas y mediadores inflamatorios conocidos como adipocinas.
Cuando hay un exceso de tejido adiposo, se genera un estado inflamatorio crónico de bajo grado que puede afectar la función metabólica, contribuyendo a la resistencia a la insulina y aumentando el riesgo de enfermedades como la diabetes tipo 2 y las cardiovasculares. Reducir el tejido adiposo a través de intervenciones personalizadas disminuye esta inflamación y mejora la salud metabólica general.
JAR: ¿Qué papel tienen las intervenciones médicas en el tratamiento de la obesidad?
PML: El tratamiento de la obesidad requiere un enfoque integral que puede incluir medicamentos aprobados, terapias conductuales y, en casos más severos, cirugía metabólica. Es fundamental que las personas consulten a su médico para determinar el plan más adecuado según sus necesidades individuales. Este enfoque permite un manejo efectivo del peso a largo plazo, ayudando a prevenir el desarrollo de enfermedades y/o un mejor manejo de padecimientos existentes, mejorando la calidad de vida y promoviendo una salud óptima.
La obesidad no es solo un tema de peso; es una enfermedad compleja que requiere comprensión, empatía y un enfoque integral para su manejo. Reconocerla como una enfermedad es el primer paso hacia una salud completa y el bienestar de quienes la enfrentan. Adoptar hábitos saludables, como una alimentación balanceada y actividad física regular, combinado con el acompañamiento médico, puede marcar una gran diferencia.
Si tú o alguien que conoces está enfrentando desafíos relacionados con la obesidad, no esperes más. Consulta a un médico especializado y busca información confiable para tomar el control de tu salud.
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