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Las dietas que cuidan tu cerebro (¡y tu salud!)

Legumbres, nueces, pescados, granos, aceite de oliva y productos orgánicos son sus componentes principales

31 de octubre de 2023 - 2:34 PM

Nota de archivo
Esta historia fue publicada hace más de 1 año.
Los expertos han nombrado la dieta mediterránea y la dieta MIND como dos alternativas que ayudan a combatir esta propensión. Ambas están compuestas principalmente de legumbres, nueces, pescados, granos, aceite de oliva y productos orgánicos y están comprobadas como alternativas efectivas que ayudan a prevenir el deterioro cognitivo. (Shutterstock)

Existen alimentos que impactan tanto positi va como negativamente distintos elementos de nuestra salud.

Las nueces, por ejemplo, aportan al mejoramiento de las funciones cognitivas; las moras impulsan la capacidad retentiva y la memoria, y los suplementos de omega-3, así como otros acei tes derivados de pescados, disminuyen el riesgo de enfermedades neurológicas como el alzhéimer.

A raíz de múltiples estudios, la comunidad nutricionista ha alcanzado consensos que sugieren que ciertos tipos de alimentos y dietas presentan beneficios palpables para la mente. En un estudio liderado por la doctora Uma Naidoo, directora de psiquiatría nutricional y metabólica del Hospital General de Massachusetts, se encontró que las personas con padecimientos del corazón como la hipertensión, la obesidad o la diabetes, sumado a una pobre alimentación y falta de ejercicio, experimentan mayores padecimientos neurodegenerativos relacionados con la vejez como la demencia.

A estos efectos, expertos han nombrado la dieta mediterránea y la dieta MIND como dos alternativas que ayudan a combatir esta propensión. Ambas están compuestas principalmente de legumbres, nueces, pescados, granos, aceite de oliva y productos orgánicos y están comprobadas como alternativas efectivas que ayudan a prevenir el deterioro cognitivo. A diferencia de la dieta mediterránea, la dieta MIND se aborda desde un intento para reducir la hipertensión.

Para el doctor Michael González, catedrático de la Escuela de Salud Pública del Recinto de Ciencias Médicas de la Universidad de Puerto Rico, las dietas “que conlleven la ingesta de estos productos tendrán un buen efecto porque poseen todos los cofactores necesarios que necesitan las enzimas del cuerpo para acelerar los procesos que ayudan con la percepción, la memoria, y los demás neurotransmisores en el cuerpo”, aclaró.

El efecto recae en su riqueza nutritiva, ya que, a juicio de González, son dietas con un mínimo de productos procesados o refinados, lo que no solo beneficia la cognición, sino también la salud en general, a diferencia de otras dietas altas en calorías, pero carentes de nutrientes. A modo de ejemplo, el doctor en bioquímica nutricional nombró la diabetes tipo 3 como un fenómeno intrínsecamente conectado al alzhéimer, acelerado por carbohidratos refinados y otros aditivos.

Un componente central de ambas dietas es el aceite de oliva, el cual tiene lazos fuertes con la salud cognitiva en los adultos mayores. Según un estudio publicado en el Journal of the American College of Cardiology (JACC) en el 2022, descubrió que los participantes con mayor consumo de aceite de oliva corrían 29 % menos riesgo de fallecer por un trastorno neurodegenerativo sobre quienes no ingerían aceite de oliva comúnmente.

Por otro lado, existen alternativas para consumir las propiedades nutritivas de los alimentos que componen la dieta mediterránea y la dieta MIND por vía de suplementos u otros productos. “Hay personas que hacen estas dietas con suplementos adicionales para mejorar su capacidad mitocondrial, los cuales pueden ser muy beneficiosos para el cerebro”, instó el doctor González, recomendando, además, la ingesta del té verde o de suplementos derivados de plantas como la bacopa (Bacopa Monnieri) y las proteínas del complejo B, como opción para apoyar la cognición, la memoria y el enfoque.

Sin embargo, poder sostener una alimentación saludable y orgánica puede ser una realidad inasequible para miles de familias en Puerto Rico que encuentran en los productos orgánicos una alternativa costosa e inaccesible. “Los productos orgánicos son caros. Lamentablemente, hay una brecha económica entre quienes pueden ir al supermercado y comprar alimentos saludables, y quienes lo ven como algo imposible… Lo importante es hacer el ejercicio de identificar, visitar y apoyar los mercados agrícolas que venden sus cosechas de siembras orgánicas y, de paso, se estimula la economía agrícola local”, puntualizó el doctor y profesor González.

La autora es periodista colaboradora de Suplementos.

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Este contenido fue redactado y/o producido por el equipo de Suplementos de GFR Media.

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