

Tal vez has escuchado recientemente la palabra “macros” en temas de dietas y nutrición. “Macros” es la abreviación del término macronutrientes. Es muy importante entender, de forma sencilla, su importancia y sus ventajas.
Los nutrientes son sustancias imprescindibles que el organismo necesita para que funcione de forma correcta. Diariamente, promueven una reacción química interna saludable. Tener deficiencia de nutrientes, con el tiempo, puede provocar serias enfermedades. Si tienes dudas, existen pruebas médicas que pueden medir los nutrientes, así te aseguras de que consumes lo correcto para tu cuerpo.
Los nutrientes, a su vez, se dividen en micronutrientes y macronutrientes. Cada uno tiene una función muy importante.
El cuerpo requiere menor cantidad de micronutrientes. En este grupo se encuentran las vitaminas A, D, C, E y los minerales: magnesio, zinc, potasio y calcio, entre otros. No aportan energía, pero son indispensables para el buen funcionamiento del organismo.
Los macronutrientes son los que proporcionan energía al organismo, promueven el crecimiento físico y regulan los procesos metabólicos. Aquí se encuentran las proteínas, las grasas y los hidratos de carbono (carbohidratos).
Está de moda medir los macros de los alimentos que consumimos. Se pueden medir por día o por comida. Un ejemplo puede ser 40 % de carbohidratos (como arroz o viandas), 30 % de proteína (como pollo o pescado) y 30 % de grasa saludable (como aguacate o aceite de oliva). Esto, en combinación con una rutina de ejercicios, te puede ayudar a mantener o bajar de peso, disminuir la grasa corporal o ganar masa muscular, según tu necesidad.
Según Jeanette Rivera, licenciada en nutrición y dietética, “los macronutrientes cambian, dependiendo del estilo de vida, la edad y la condición de salud. El cuerpo cambia a medida que envejece, por lo que la dieta también necesita cambiar”. A manera de ejemplo, según la Clínica Mayo, las mujeres mayores de 50 años deben hacer cambios en sus nutrientes para un mejor funcionamiento. No deben llevar la misma dieta de cuando tenían 30 años.
Por otro lado, una mujer debe consumir una cantidad de grasa distinta a un hombre con la misma edad y estilo de vida. Una mujer con deficiencia de grasa, podría padecer complicaciones hormonales.
Otro ejemplo, una persona que hace entrenamiento de fuerza debe consumir más proteína versus una persona que corre. Esta última debe consumir más carbohidratos para evitar el desgaste de las reservas de glucógeno.
Cuando comienzas a medir los macros, le prestas atención a la cantidad y calidad de lo que consumes, buscas alimentos con alto valor nutricional como: vegetales, viandas, frutas, granos integrales, huevos, nueces, carnes y pescados, entre otros. Nota que estos son alimentos que no tienen procesos químicos y lo mejor de todo es que evitas la comida chatarra o procesada, y sin valor nutricional como embutidos, bebidas altas en azúcar y alimentos procesados. Es importante revisar la etiqueta nutricional para identificar los ingredientes de lo que consumes.
En la web existen calculadoras para medir el consumo de macros. Siempre es recomendable consultar con un profesional en el campo de la salud. Enfocarte en la calidad de los alimentos que consumes y mantener los hábitos saludables, debe ser lo primordial.
La autora es chef y propietaria de Criolite, Corp. Para más información, visita www.criolitepr.com, escribe a rosagarcia@criolitepr.com o llama al 787-486-8649.
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