El llamado es a protegerse de los rayos solares y visitar al dermatólogo regularmente
El llamado es a protegerse de los rayos solares y visitar al dermatólogo regularmente
La piel es el órgano más extenso de nuestro cuerpo y está expuesto a diversas condiciones que pueden afectar su estado. Una de estas enfermedades que ataca severamente la piel es el melanoma —uno de los cánceres de piel más peligroso.
En Puerto Rico y Estados Unidos, entre un 5 a un 25 % de la población desarrollará algún tipo de cáncer en la piel o lesión precancerosa. El cáncer de piel es el más común, según el doctor Fitzgeraldo Sánchez, experto en dermatología y dermatopatología.
“En mayo estamos celebrando el Mes de Concientización del Cáncer de Piel y Melanoma, y es importante saber que, en general, el cáncer más común es el cáncer de piel. Incluso, el cáncer que se ubica en el puesto número uno de todos los cánceres es el cáncer basal de la piel”, especificó el médico especialista en dermatología oncológica.
El melanoma, según la Asociación Americana Contra el Cáncer, conforma solo el 1 % de los casos de cáncer de piel, pero causa la gran mayoría de las muertes por este tipo de cáncer. Se desarrolla en la capa intermedia de la piel, entre la dermis y la epidermis. “Esta capa intermedia de células mantiene esas dos capas pegadas (la dermis y la epidermis). Esas células se llaman melanocitos, que son los que producen el color de la piel. En general, el 99 % de la población posee melanocitos. Precisamente, esas células, cuando están mutadas, ya sean genéticamente o por el daño ocasionado por el sol, crean una malignidad y tienden a ser bien agresivas”, explicó el doctor Sánchez.
De todos los tipos de cáncer de piel, el doctor estableció que el melanoma es “el más severo y agresivo, porque puede ocurrir metástasis a otras partes del cuerpo bien rápido”.
Entonces, ¿qué ocasiona este cáncer? Hay dos factores: la genética y la exposición a la radiación solar.
“Lo pueden causar mutaciones genéticas en algunos grupos o poblaciones. Hay algunos casos que se deben a un gen —el BRCA—, que aumenta el riesgo de melanoma. El cambio en esas células que te dan color (los melanocitos), y el daño solar, transforma esas células en malignas”, comentó el médico.
Debido al factor de la radiación solar, las áreas más comunes donde ocurren las lesiones cancerosas son aquellas más expuestas al sol como la cara, los brazos, las manos y la espalda. Sin embargo, es posible que estas lesiones aparezcan en áreas menos comunes como el área genital y los pies.
Según el doctor Sánchez, la Academia Americana de Dermatología establece cuáles son las señales más comunes del melanoma.
“Existe lo que llaman el ABCDE de las lesiones de pigmentación o melanoma. La “A” es velar si esos lunares son “asimétricos”, una lesión que si, imaginariamente, la doblas por el mismo medio, no tiene lados similares, es una lesión que se está transformando en algo peligroso”, detalló.
“La “B” es por los “bordes”. Si estos no son suaves y curvos, y tienden a ser irregulares, hay que revisarlos. La “C” viene por el “color”. Los lunares pueden verse de color marrón oscuro, marrón claro, negro, y también tienen pedacitos blancos dentro del lunar. Así que, los lunares que tienen muchos colores son signos de peligro”, dijo Sánchez.
La letra “D” se refiere a estar pendiente al “diámetro” del lunar. “Un lunar nuevo que mida más de 6 milímetros es también una advertencia de malignidad”, señaló el doctor. La “E” se identifica como la “evolución” del lunar.
“Aquellos lunares que tienes hace años y se ven normales, pero que van cambiando, adquiriendo simetría, los bordes irregulares, muchos colores, también son un signo de malignidad”, sostuvo. Una vez se identifica que la lesión es maligna, es importante evaluar el estado de la condición. De detectarse a tiempo, y no ser profundo, el paciente es sometido a una intervención quirúrgica.
“Se saca el lunar, dependiendo de la profundidad, y se extrae una porción de la piel alrededor. Si el lunar está muy profundo, se hace una biopsia —se busca que no haya habido metástasis en los nódulos linfáticos, los nódulos de drenaje del cuerpo”, especificó el dermatólogo. Además de la quimioterapia y los tratamientos radiológicos, también están los inmunológicos.
“Se pueden hacer pruebas genéticas, donde se verifica si es un melanoma maligno, si tiene potencial genético maligno y ahí se puede dar tratamiento inmunológico para ayudar a que el sistema reconozca y pueda combatir el cáncer”, describió el dermatólogo oncólogo. No obstante, el llamado es a cuidarse de los rayos solares, utilizando protector solar de 30 SPF, con aplicaciones cada hora. Además, se debe usar ropa, sombreros, gorras y gafas. Asimismo, es indispensable visitar un dermatólogo cada 6 a 12 meses y hacerse un autoexamen mensual para poder detectar cualquier anomalía a tiempo.
“Como toda enfermedad, la prevención es clave. Lo importante aquí es la detección temprana y el trabajo del paciente en conjunto con el dermatólogo. Mensualmente, debe hacerse el chequeo uno mismo y regularmente con el dermatólogo. Si ignoras tus lunares y dejas que empeoren, puede ocurrir metástasis en otras partes del cuerpo”, advirtió el doctor Sánchez.
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