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¿Padeces de la tiroides? La dosis precisa de medicamento hace la diferencia

La dosificación del medicamento varía según el paciente, por lo que cualquier cambio, aunque mínimo, puede provocar serias consecuencias

26 de enero de 2025 - 12:00 AM

Es importante no cambiar de marca de medicamento para tratar la tiroides, ya que puede provocar complicaciones de salud serias. (Shutterstock)

La precisión en la dosificación de un paciente diagnosticado con padecimientos de la tiroides se convierte en un aspecto esencial para mantener la función del metabolismo, ya que cualquier cambio en la administración del medicamento puede ser nocivo para su salud.

Para lograrlo, es necesario individualizar cada caso, tomando en cuenta la edad, el peso y la química de la persona, entre otros requerimientos, pues, en algunos pacientes, un cálculo inadecuado podría ocasionar osteoporosis, palpitaciones, taquicardia, fibrilación atrial y hasta precipitar infartos agudos, entre otros efectos adversos.

Para el doctor Jorge Rafael De Jesús Miranda, especialista en endocrinología, “cuando el paciente está hipotiroideo hay que darle hormona tiroidea, que es particularmente específica, para que la función del metabolismo sea óptima”.

“Muchas veces, un pequeño cambio en la hormona tiroidea causa grandes cambios en el metabolismo del cuerpo, principalmente en el metabolismo de las células cardiacas y el corazón. Hay pacientes que por un cambio mínimo de hormona tiroidea pueden desarrollar una fibrilación atrial”, señaló.

Por lo tanto, expresó que “hay que individualizar [el tratamiento de manera similar a] cuando la persona va al sastre o a la costurera, que le hacen todo a su medida. Así es que, para nosotros, es necesario tener en cuenta que una puntada de más o una de menos puede tener consecuencias clínicas significativas [en el paciente]”, comparó.

Al hacer la evaluación para determinar la dosis del medicamento, el galeno priorizó “la edad, el peso y, usualmente, la química (las pruebas que se realizan para determinar los niveles de la hormona)”.

“Si una mujer está en proceso de quedar embarazada, se recomienda mantener el nivel de TSH alrededor de 2, ya que, durante el embarazo, aumentan los requerimientos de la hormona tiroidea. Por lo general, si la mujer necesita la hormona antes del embarazo, es necesario incrementar la dosis hasta un 50 % una vez que queda embarazada, debido a las mayores demandas hormonales que surgen durante esta etapa”, expuso.

Mientras que, en el caso de una mujer posmenopáusica, “[que] tiene riesgo de osteoporosis, no es necesario mantener niveles de TSH demasiado bajos, ya que un metabolismo acelerado puede incrementar la pérdida ósea y contribuir al desarrollo de osteoporosis”, explicó.

“Esas pacientes [posmenopáusicas] también están en una edad donde la enfermedad cardiovascular es más prevalente y, si tienen más hormonas de las que necesitan, aunque el cambio sea leve, pueden tener palpitaciones, taquicardia y fibrilación atrial, y hasta precipitar infartos agudos”, advirtió.

“La cantidad de hormona tiroidea que se administra es distinta tanto en una persona joven como en una mujer posmenopáusica o en una persona octogenaria. [Los niveles de] TSH que se permite en una persona de 80 y 90 años pudieran ser hipotiroideos para un paciente de 25 o 30 años”, agregó.

Cabe destacar que “el TSH es una hormona que produce la glándula pituitaria y que estimula la producción de hormonas tiroideas en la glándula tiroides”.

Por otro lado, resaltó la necesidad de dialogar con el paciente respecto a su estado de salud, aunque las pruebas del laboratorio estén normales.

“Yo no trato pruebas de laboratorio, si no pacientes y tengo que preguntarles cómo se sienten, cómo les va, a pesar de que los laboratorios estén normales, porque yo no sé cómo está esa hormona dentro del sistema nervioso central o en el miocardio, porque no podemos medirlo a ese nivel de exactitud”, sostuvo.

“[Las pruebas de laboratorio] nos dan una idea, pero nada mejor que jugar con la clínica. Ahí es donde está el arte de la medicina, donde se ajusta lo que el paciente dice, lo que yo examino y detecto en mi examen físico, junto con la ayuda de los laboratorios, que son fundamentales para manejar la enfermedad”, aclaró.

Asimismo, subrayó la importancia de ingerir el medicamento de 30 a 45 minutos antes del desayuno, pues “usualmente, no se absorbe completamente y, si se toma con comida, puede bajar su absorción”.

“Cuando el paciente toma este medicamento, lo va absorbiendo poco a poco. [Este] pasa por ciertos mecanismos de activación, en el hígado, los riñones y las células nerviosas”, describió.

De otra parte, el especialista en endocrinología advirtió sobre el uso de medicamentos bioequivalentes o genéricos para tratar las afecciones de la tiroides.

“Si el producto genérico lo produce siempre la misma compañía, habrá una administración de hormona estable en ese paciente. Pero, entre genérico y genérico, puede haber cambios en la dosificación que, aunque sean leves, pueden ser nocivos para el paciente”, sentenció.

“El paciente que esté tomando hormona tiroidea siempre debe buscar el mismo fabricante. Cambiar de marca, aunque sea de calidad, puede provocar variaciones en los niveles de la hormona”, concluyó.

La periodista es colaboradora de Puerto Rico Saludable.

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Este contenido fue redactado y/o producido por el equipo de Suplementos de GFR Media.

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