

Especialistas en el renglón de la salud observan de cerca el desarrollo de la tiroiditis subaguda en personas que se infectaron con COVID-19 y que, varias semanas o meses después de tener el virus, presentan una inflamación en la glándula tiroides.
Aunque es una enfermedad poco común que se diagnostica mayormente en mujeres de mediana edad, los casos poscoronavirus evaluados apuntan a un alza en pacientes varones.
Según el doctor Jorge De Jesús Miranda, especialista en endocrinología, “curiosamente, esta tiroiditis después del COVID-19 es más común en hombres que en mujeres, pero, como es una entidad relativamente nueva, se está viendo cómo evoluciona”.
La sintomatología que presenta el paciente con tiroiditis subaguda incluye dolor en el cuello ocasionado por la tiroides inflamada, dificultad para tragar, ronquera, fatiga, debilidad y fiebre, entre otras señales.
“Estas tiroiditis son distintas a la tiroiditis de Hashimoto porque es una tiroiditis subaguda, por inflamación, o sea que, [el virus] se mete a la glándula y la inflama. Primero, el paciente está hipertiroideo por unas semanas o meses y, entonces, después se pone hipotiroideo”, señaló.
“El paciente que tiene Hashimoto no tiene esa curva, sino que está normal del tiroides y le empiezan a bajar los niveles de hormona tiroidea y se quedan bajos para siempre, con muy pocas excepciones”, agregó.
De acuerdo con el endocrinólogo, “comúnmente, la tiroiditis de Hashimoto se presenta como hipotiroidismo y es muy prevalente en la población de Puerto Rico. Se piensa que puede estar equiparado entre un 9 y un 10 % de la población total, pero esos números no son oficiales, sino que son cálculos dentro de la práctica [médica]”.
Destacó que la enfermedad se diagnostica más en mujeres que en hombres “en proporción de 7 a 1 [aproximadamente]”.
“Todas las enfermedades autoinmunes en donde hay anticuerpos que destruyen glándulas, por alguna razón, afectan más a la mujer que al varón. Nunca se ha determinado la razón por la cual la mujer tiene más predisposición. Sí se sabe que estas enfermedades son de origen autoinmune: la tiroiditis de Hashimoto y la enfermedad de Graves, que es el hipertiroidismo”, expuso.
Destacó que, al igual que las enfermedades del colágeno, entre estas el lupus, la artritis reumatoidea y muchas otras que predominan más en la mujer que en el hombre, “la tiroiditis de Hashimoto, enfermedad autoinmune en la que el cuerpo produce anticuerpos en contra del tiroides, no es la excepción”, apuntó.
Aunque admitió que el diagnóstico de esta enfermedad es difícil, destacó que existen avances en pruebas de laboratorios que ayudan a definir el origen de la causa del hipotiroidismo.
“Siempre es importante el historial del paciente, como, por ejemplo, si hubo una cirugía en la que le sacaron la glándula, pues ya sabemos que es hipotiroidismo posquirúrgico”, manifestó. “Si ese paciente, ya sea por cáncer o por hipertiroidismo con [terapia de] yodo radioactivo y la glándula se destruyó, pues, ya sabemos de qué es hipotiroidismo por yodo radioactivo. Pero la más común es la tiroiditis de Hashimoto”, expresó, al indicar que cuando se producen anticuerpos en contra de la tiroides, estos se pueden medir en la sangre.
Algunos síntomas que presenta el paciente son “cansancio, falta de energía, intolerancia al frío, la piel áspera, el pelo se pone áspero, débil, se parte con facilidad, al igual que las uñas que se parten con facilidad; cambios en la menstruación de la mujer y cambios en el estado de ánimo”, describió.
Además, la disminución en la producción de la hormona puede ocasionar dolores, debilidad y rigidez muscular, hinchazón en el rostro, estreñimiento, somnolencia, problemas de memoria y concentración e incluso puede impactar su salud mental con el desarrollo de depresión.
“También puede haber cambios en la función sexual del hombre. Esto puede hacer pensar que es tiroides y uno envía las pruebas. Además, en el examen físico se puede palpar, quizás, alguna masa o alguna tiroides aumentada en tamaño, que se conoce como bocio. Todo eso va apuntando a que puede ser una tiroiditis de Hashimoto”, insistió.
Para atajar cualquier estrago de la enfermedad, es imprescindible acudir a una evaluación médica, con el objetivo de lograr un diagnóstico que permita al paciente comenzar el tratamiento, el cual consiste en un medicamento oral que reemplaza la hormona que produce el cuerpo.
La autora es periodista colaboradora de Puerto Rico Saludable.
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