Junto a la honestidad y la claridad, la comunicación asertiva potencia la expresión personal de cada participante en el diálogo y da lugar a un espacio protegido de empatía y respeto
Junto a la honestidad y la claridad, la comunicación asertiva potencia la expresión personal de cada participante en el diálogo y da lugar a un espacio protegido de empatía y respeto
A veces damos las cosas por sentado; una de ellas es la conversación. Podemos llegar a creer que, como es algo tan natural en nuestro día a día, no es necesario indagar si lo hacemos bien. Pensamos que, sin duda, es así.
Pero, la comunicación también es una estrategia que persigue un máximo objetivo: el entendimiento mutuo. Para lograrla y potenciarla, no basta únicamente con que se transmita un mensaje y la persona que lo reciba pueda descodificarlo e interpretarlo. Entre las madres y sus hijos, la comunicación efectiva y afectiva posibilita un espacio protegido en el que todas las partes se nutren y desarrollan un poderoso vínculo emocional.
“Una de las cosas más importantes es que tenemos que escuchar para entender, no para regañar. Es una escucha activa”, afirmó la psicóloga con especialidad en el área de consejería psicológica, doctora Malvaliz Santana Carrasquillo.
De esta manera, la experta habló sobre la comunicación asertiva y no violenta, en la que tanto madres como hijos pueden identificar, reconocer y validar sus emociones, y comunicarlas con respeto y sin juicio. Dos elementos clave de este tipo de comunicación es la atención plena y consciente a la conversación y la capacidad de negociar.
Por ejemplo, en vez de mantener un sistema de recompensas y castigos, es imprescindible que los hijos “aprendan que toda conducta tiene consecuencias”, tal como mencionó la entrevistada. Así, en el proceso de negociación, son los hijos quienes establecen las consecuencias de sus acciones en una especie de asamblea familiar.
Con respecto a algunos de los temas delicados que son importantes abordar en casa, la doctora Santana Carrasquillo mencionó la muerte, las drogas y los actos de violencia como el abuso sexual. Las noticias y las discusiones de temas sociales en los medios de comunicación pueden ser útiles para conversar sobre estos asuntos que pueden afectarles directamente o como parte del ser colectivo. Otros temas como los daños significativos de los cigarrillos electrónicos son relevantes.
“La honestidad ante todo”, dijo la psicóloga cuando se expresó acerca del tema de la muerte; cualidad que debería estar presente en todas las comunicaciones.
En relación con la sexualidad —tema que se perpetúa como un tabú—, comentó que es indispensable que los hijos se sientan escuchados y aceptados. “Las expresiones que hacemos sobre la sexualidad y el cuerpo de otras personas van a influir mucho en cómo los hijos se van a abrir [en la comunicación] con la mamá”, aseguró.
Como parte de su exposición, Santana Carrasquillo enfatizó que “sí deben conversar, pero la mejor conversación es la que se da con el ejemplo”.
Por su parte, la doctora en psicología clínica Yeira Valdez Pimentel apuntó a la pertinencia de la operacionalización en la comunicación. Esto corresponde al proceso de expresar de manera precisa lo que se espera de una situación. Por ejemplo, cuando se le pide a los niños que recojan su cuarto, sería conveniente dar instrucciones específicas y explicar paso por paso la tarea.
Al igual que la doctora Santana Carrasquillo, la doctora Valdez Pimentel sostuvo que la conversación requiere que ambas partes estén concentradas en la comunicación y no realicen otras tareas al mismo tiempo. De igual forma, destacó la importancia de mirarse a los ojos.
Además de habilitar un espacio en la casa donde conversar sin distracciones, Valdez Pimentel, también fundadora del programa para potenciar el bienestar individual y social con una integración de la psicología y las artes culinarias Cooknnecting, manifestó que el acto de comer y compartir en la mesa debe ser un momento de conexión familiar y no para hablar sobre problemas.
Sin duda, la comunicación afectiva y sensible no se limita a las palabras. Para Valdez Pimentel es necesario asimismo cuidar los gestos y el tono de voz.
“[En la comunicación asertiva], no se pone la carga o la responsabilidad en la otra persona”, añadió para detallar que de lo que se trata es que cada quien pueda expresar libremente cómo piensa, cómo siente y cómo percibe una situación sin caer en culpabilizaciones.
De la misma manera en que es crucial hablar sobre temas que reflejen valores, según la doctora Valdez Pimentel, se consideran esenciales los temas referentes al sentido de bienestar social e individual, como aquellos que generen autoestima, confianza, seguridad y empatía.
Acerca de este último asunto, la psicóloga clínica destacó que las madres pueden compartir con sus hijos cómo manejaron una situación particular y les pregunten cómo lo harían ellos si estuviesen en su lugar. Mediante este intercambio, se trabaja, a su vez, la resolución de problemas.
Igualmente, la comunicación es fundamental para fomentar una actitud generosa. La entrevistada sugirió que la madre podría preguntarle a sus hijos cada día: ¿Qué has hecho hoy para apoyar y ayudar a alguien?
Del mismo modo, dialogar sobre los retos que intentan superar y cómo manejar las emociones es fundamental, así como temas sobre alimentación sana y finanzas.
“[Debemos cuestionarnos si] estamos enfocados en [ofrecer] cosas materiales o estamos criando niños, basado en formación y carácter, que también consideren la importancia del bienestar holístico”, concluyó la doctora Valdez Pimentel.
La autora es periodista colaboradora de Suplementos.
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