Los cernimientos deben realizarse más a menudo, si se identifican ciertas afecciones o factores de riesgo
Los cernimientos deben realizarse más a menudo, si se identifican ciertas afecciones o factores de riesgo
Con el regreso a clases, debemos pensar en todo aquello que nuestros niños necesitan para tener un buen desempeño académico y una de las principales prioridades debe ser asegurarnos de que su visión y audición estén en óptimas condiciones.
Según la pediatra Nerian Ortiz Matos, quien es profesora del Departamento de Pediatría de la Escuela de Medicina del Recinto de Ciencias Médicas (RCM) de la Universidad de Puerto Rico (UPR), estos dos sentidos son importantes para el desarrollo académico, pero, “no a todos los niños hay que hacer pruebas de visión y audición, a menos que uno haga un cernimiento en la oficina del pediatra y se identifiquen unos factores de riesgo”, explicó.
Desde que el niño nace, se realizan evaluaciones de desarrollo “que incluyen ese contacto visual, cómo el niño va logrando las distintas destrezas y, para ello, tanto la visión como la audición son importantes”, indicó la pediatra.
Así, también, en las edades donde, tradicionalmente, los niños comienzan la escuela, entre los 4 a 6 años, “es recomendable que tengan esas evaluaciones visual y auditiva, y, luego de eso, se les realizan de acuerdo con los factores de riesgo que se identifiquen”, añadió la doctora.
Los problemas visuales más comunes en niños pueden ser la pérdida de visión, el estrabismo y el ojo vago, pueden tener problemas para ver de lejos o ver de cerca.
“Además de eso, hay afecciones congénitas que afectan la visión y así pudiera ocurrir con la audición”, comento la también profesora.
Las consecuencias de no atender una condición visual o auditiva pueden repercutir en el desempeño académico de ese niño.
“Lo importante es que lo evaluemos, porque, un niño que no escucha bien es un niño que no va a hablar apropiadamente. Por eso, somos tan enfáticos en hacer esos cernimientos desde que el bebé nace hasta que va creciendo y entra en la escuela”.
Estas pueden ser algunas de las señales de alerta para buscar una evaluación con los especialistas:
Audición:
1. Utiliza el televisor, tableta o celular a un volumen demasiado alto.
2. Hay que llamar al niño o repetirle las cosas muchas veces, no por situaciones de comportamiento, sino porque no está escuchando.
3. Hay que levantarle la voz para que te entienda.
4. El niño habla en un tono de voz muy alto.
5. No está teniendo un desarrollo del lenguaje apropiado.
Visión:
1. No hace contacto visual apropiado y tiene una edad para hacerlo.
2. Presenta cierta dificultad en sus etapas de desarrollo (gateando, caminando, alcanzando objetos).
3. Cuando va a escribir, muestra problemas al realizar sus trazos.
4. Si se pega demasiado al televisor o a las pantallas de equipos electrónicos.
5. En el salón, se distrae porque no puede seguir lo que hace la maestra en clase.
“Es importante que tenga una evaluación detallada, en el caso de la visión, con un oftalmólogo pediátrico; en el caso de la audición, unas pruebas auditivas de acuerdo con la edad del niño. Inicialmente, son cernimientos, pero, si se valida que hay un problema auditivo o visual, se hacen los referidos para la intervención a tiempo”, puntualizó la pediatra.
La autora es periodista colaboradora de Suplementos.
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