El diagnóstico de esta enfermedad puede retrasarse por muchos años, porque los síntomas pueden confundirse con otros tipos de artritis
El diagnóstico de esta enfermedad puede retrasarse por muchos años, porque los síntomas pueden confundirse con otros tipos de artritis
La psoriasis es una enfermedad de la piel que se presenta con lesiones escamosas y enrojecidas que aparecen comúnmente en los codos, las rodillas, detrás de las orejas o en el ombligo, aunque pueden aparecer en cualquier área de la piel. También se pueden tener lesiones en las uñas, ya sea como diminutos puntitos u hoyitos o uñas despegadas de su base. Es una enfermedad autoinmune (el sistema inmune pierde capacidad de autorregulación) y no es una enfermedad contagiosa.
La artritis psoriásica es el tipo de artritis asociado a la psoriasis y a la manifestación de la falta de regulación del sistema inmune en pacientes con psoriasis. Se estima que alrededor de un 15 % de los pacientes que padecen de psoriasis podrían desarrollar artritis psoriásica.
La presentación clínica de los pacientes con artritis psoriásica puede ser variada, incluyendo:
La enfermedad también puede presentar uveítis (inflamación en el ojo) y otras manifestaciones sistémicas, así como relacionarse a otras entidades como: síndrome metabólico, problemas cardiovasculares y diabetes mellitus y enfermedades sicológicas.
El origen de la enfermedad se desconoce, pero se han identificado marcadores genéticos y una predisposición familiar, además de ser una enfermedad autoinmune. Es más común que comience entre los 30 y los 50 años, y afecta a hombres y a mujeres por igual. En muy raras ocasiones, la artritis puede aparecer antes de la manifestación en la piel.
La evaluación incluye un examen físico, un historial completo y laboratorios que ayuden a excluir otras enfermedades reumatológicas. No existe una prueba específica para diagnosticar la artritis psoriásica. En ocasiones, el diagnóstico puede retrasarse por muchos años, pues los síntomas pueden confundirse con otros tipos de artritis como la osteoartritis.
Este incluye:
El tratamiento adecuado y a tiempo es importante y necesario para evitar daño permanente a las articulaciones, otras manifestaciones sistémicas y evitar la incapacidad. Los avances en el tratamiento de esta condición han hecho posible que podamos detener el daño a las articulaciones afectadas evitando así la pérdida de función y la incapacidad. El diagnóstico a tiempo y el tratamiento adecuado sin demora son esenciales para proteger las articulaciones, mejorar las lesiones de piel y mantener la función. El paciente debe discutir con su reumatólogo la terapia a seguir.
El autor es reumatólogo y presidente de la Fundación Puertorriqueña de Enfermedades Reumáticas, Inc. (FER).
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