Los peligros también aumentan cuando la paciente padece enfermedades crónicas
Los peligros también aumentan cuando la paciente padece enfermedades crónicas
En años recientes, en especial a partir de la pandemia de COVID-19, la doctora Maryrose Concepción, ginecóloga obstetra del Centro Médico Episcopal San Lucas (CMESL), percibió en su oficina un aumento de embarazos en mujeres mayores de 35 años. De acuerdo con la profesional de la salud, los embarazos en este grupo, anteriormente conocidos como embarazos geriátricos, han pasado a ser denominados embarazos de edad materna avanzada y están asociados a un mayor riesgo de desarrollo de enfermedades congénitas en el feto y otras complicaciones.
Concepción explicó que este riesgo aumenta ante la presencia de condiciones médicas preexistentes como presión alta y diabetes. Mencionó que estos embarazos tienen mayor riesgo de desarrollo de condiciones durante este periodo, tales como preeclampsia y diabetes gestacional. A juicio de la ginecóloga, existe mayor riesgo de que el embarazo se torne en un parto prematuro o cesárea.
“Aunque son personas que veo saludables, considero todo embarazo luego de los 35 años como uno de alto riesgo. De hecho, según el American College of Obstetrics and Gynecology, la probabilidad de que se desarrolle síndrome de Down en pacientes de 25 años es uno en 1,500, mientras que el riesgo aumenta a uno en 350 en pacientes mayores de 35 años”, aseguró la doctora Concepción.
Agregó que cualquier paciente embarazada, desde edades tempranas hasta avanzadas, debe consumir ácido fólico, debido a que esto ayuda a mantener el sistema inmunológico en condiciones óptimas y mantiene una gestación saludable. Además, el ácido fólico contribuye a la prevención de enfermedades, tales como defectos del tubo neural y enfermedades congénitas. Aunque la dosis más común de ácido fólico es de 400 a 800 microgramos, la doctora Concepción recomendó el uso de 4,000 microgramos desde tres meses antes del embarazo en aquellos casos de edad materna avanzada.
Las enfermedades congénitas se pueden detectar utilizando sonogramas obstétricos o por medio de la evaluación de muestras de sangre, en especial la alfafetoproteína. Esta prueba se realiza dentro de las 15 a 20 semanas de embarazo para revisar el riesgo de trisomías en el bebé, como el síndrome de Down. Asimismo, entre las 9 a 11 semanas, se puede obtener una muestra de vellosidades coriónicas, que analiza protuberancias pequeñas en la placenta para detectar anomalías en los cromosomas del bebé, indicó la ginecóloga.
La doctora Concepción, junto al Departamento de Ginecología del CMESL, ofrece todo tipo de atención y cuidado preventivo ginecológico y obstétrico como pruebas de Papanicolaou, consejería de contraceptivos, cuidado de obstetricia de alto riesgo y cirugía, entre otros servicios.
Para obtener una cita con la doctora Concepción, puede comunicarse a su oficina en la suite 611 de la Torre Médica San Lucas, al 787-840-9331 o al celular de la oficina al 787-408-4080. Para información sobre los servicios del Centro Médico Episcopal San Lucas en Ponce, puede llamar al 787-844-2080 o acceder a sanlucaspr.org.
Este contenido comercial fue redactado y/o producido por el equipo de GFR Media BrandStudio para Centro Médico Episcopal San Lucas.
Te invitamos a descargar cualquiera de estos navegadores para ver nuestras noticias: