Es responsable del 80 por ciento del éxito en el escenario laboral
Es responsable del 80 por ciento del éxito en el escenario laboral
La inteligencia emocional es la capacidad que tiene el ser humano para saber reconocer sus emociones y las de los demás, automotivarse y manejar adecuadamente una situación. Se puede aplicar desde la niñez, cuando se empieza en la escuela, hasta los adultos en el ambiente laboral, explicó Yessenia Pérez Román, licenciada en psicología especializada en psicología industrial y organizacional.
“Existen varias investigaciones que relacionan la inteligencia emocional con el ámbito laboral y otros conceptos como el éxito. La inteligencia emocional es un factor predictor del éxito en un 80 por ciento en las organizaciones. Además, se relaciona con la satisfacción laboral, el clima organizacional, el liderazgo y el burn out (agotamiento laboral)”, explicó la licenciada.
Añadió que los cambios actuales requieren que las personas tengan mayor capacidad de inteligencia emocional y puedan aplicarlas en el trabajo, para lo que es el manejo y resolución de conflictos, la toma de decisiones y la empatía laboral.
Incluso, los jefes necesitan esa inteligencia emocional para utilizarla para que pueda desenvolverse y engranar mejor con el equipo que tiene a su cargo.
Según Pérez Román, cuando la persona empieza a sentirse fatigada por el trabajo y las tareas; reacciona fuerte por cualquier situación o estímulo en el trabajo; o tiene situaciones personales que refleja en el trabajo y está enfadado, esas son las alertas para tomar acción.
“Existen varias técnicas. En primer lugar, se recomienda que las personas se autoevalúen sobre lo que están sintiendo. Generalmente, en medio de la confrontación, se experimentan varias emociones y, antes de que la persona actúe, necesita saber qué es lo que está sintiendo, qué no está sintiendo y con quién, de esta manera, podrá tomar la decisión adecuada sobre qué hacer, qué no, qué decir y qué no”, explicó.
La especialista destacó que es importante saber que el estar enfadado por una situación no significa que eso esté mal. “Todo lo contrario, es importante que no te juzgues por eso que estás sintiendo y que puedas entender que, quizás, esa emoción lo que hace es advertirte que la decisión que estabas pensando tomar no es la adecuada y hay que mirar otro panorama”, sostuvo.
Otra herramienta que recomendó Pérez Román, tanto para los individuos como para las organizaciones, es practicar la comunicación asertiva, que todos (líderes, empleados, equipos de trabajo) tengan esa apertura de poder hablar y transmitir sus ideas, sintiéndose respetados y respetando a los demás. “También se aconseja tener un diario emocional. Lo recomiendan mucho los psicólogos en general, pero, para el ambiente laboral, ayuda a identificar lo que estás sintiendo y reflexionarlo sin tener que dialogarlo todavía y eso contribuye a tomar la decisión correcta”, dijo.
Escuchar activamente, de manera pasiva, es otra técnica que ayuda a respetar la opinión de los demás y las decisiones del equipo. De igual forma, se recomienda y se utiliza la meditación, porque ayuda a que las personas se puedan centrar en lo que están sintiendo y responder de manera adecuada cuando están expuestas en el lugar de trabajo. Por ejemplo, si hay una situación en el trabajo donde hay personas alteradas discutiendo o gritando, la persona que aplica las técnicas puede mantener su balance y reconoce que no debe gritar, en ese momento, y ser asertivo en su decisión.
“Uno de los mayores beneficios de fomentar y promover la inteligencia emocional laboral en las organizaciones, es que ayuda a incrementar los niveles de inteligencia emocional en los empleados, lo que redunda en un aumento de productividad, mejora la satisfacción de los empleados, la atención al cliente cuando se ofrece algún servicio, y promueve las actitudes positivas en todo el personal”, aseveró.
Además, Pérez hizo hincapié en que, para ser efectivos y poder crear relaciones más saludables en el futuro, la inteligencia emocional se tiene que fomentar en las épocas de tranquilidad y de prosperidad; así, cuando llegue la crisis, el recurso humano pueda responder en ayudar a resolver el problema y no aumente la tensión.
Por último, la profesional resaltó que la ansiedad, el estrés, la fatiga, la irritabilidad, el ausentismo y la disminución de productividad son señales que indican que la persona necesita buscar alternativas y que la solución puede estar en la inteligencia emocional.
La ayuda se puede identificar a nivel organizacional con un psicólogo organizacional o, a nivel individual, se puede buscar apoyo para obtener las herramientas, basadas con sus necesidades individuales. También, existen pruebas que se administran para conocer los niveles de inteligencia emocional.
“La inteligencia emocional laboral es algo que puedes aprender para toda la vida, va incrementando y ayuda en otras áreas importantes de la vida”, concluyó Pérez.
La autora es periodista colaboradora de Puerto Rico Saludable.
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