Con su testimonio, la doctora Jo Ann Santiago hace un llamado a la detección temprana para salvar vidas
Con su testimonio, la doctora Jo Ann Santiago hace un llamado a la detección temprana para salvar vidas
“La biopsia salió positiva”. Para muchas personas, esta puede ser una oración muy confusa. Sin embargo, para un médico con más de 15 años de experiencia representa una puerta hacia otra dimensión. Un camino nuevo con muchas posibilidades bien conocidas. Más sencillo: “tienes cáncer”. Muchas veces, tuve que dar esta noticia, pero un día me tocó recibirla a mí.
Mi nombre es Jo Ann Santiago Rivera. Soy médico especialista en medicina interna, una de esas enamoradas de su profesión, muy empática y muy feliz, con una práctica médica exitosa. Tuve la oportunidad de dirigir el Departamento de Medicina Interna de la institución donde tenía privilegios, además de ser directora médica. Fui bendecida al recibir la confianza, no solo de mis pacientes, sino también de mis colegas. Mi oficina era mi casa y mis pacientes mi familia.
El 28 de diciembre de 2018, una llamada telefónica lo cambió todo. Recibí la noticia de una extraordinaria amiga que ya había trazado el plan, sin que yo supiera nada. Esa llamada cambió muchas vidas.
Recibir y aceptar un diagnóstico de cáncer de seno requiere una enorme madurez espiritual para entender que Dios nos da según nuestras capacidades. No representa el fin, sino el principio. Así es como debemos verlo. Como profesional de la salud, siempre procuré ser ejemplo para mis pacientes. Es por esto que mantenía al día mis exámenes de detección temprana. Disfrutaba educar: mamografía anual a partir de los 40 años o ante algún hallazgo clínico; diez años antes, si identificamos historial familiar de primera línea. En este sentido, no hubo reclamos ni reproches, siempre fui muy cumplidora. Sin embargo, esta vez era diferente. Incidentalmente, palpé en uno de mis senos algo nuevo y la posibilidad se hizo realidad. ¿Entienden lo importante que es conocer nuestro cuerpo? El autoconocimiento de los senos es fundamental para identificar cualquier cambio en ellos, aunque cabe destacar que esto no sustituye las pruebas de cernimiento.
El cáncer de seno (al igual que cualquier otro) no discrimina. Nos puede llegar a todas y a todos. No podemos prevenirlo. Nuestra principal arma es la detección temprana. Es así como logramos vencerlo. Sin miedos, así lo enfrenté, tomando el control de todo (como siempre en mi vida), con fortaleza, fe y mucho coraje. Fue un camino difícil, una batalla dolorosa, pero, desde siempre, aposté a mí. Me rodeé de un grupo de apoyo poderoso, no solamente de profesionales de la salud que me inspiraron confianza, sino de amigos, incluyendo pacientes que se convirtieron en mi fortaleza. Una genuina familia extendida que hoy sigue conmigo. Para todos, un pedazo de mí. Los llevo tatuados en el corazón y ellos saben quiénes son.
Después de un año de quimioterapias, una mastectomía bilateral con una hermosa reconstrucción, una histerectomía con ooforectomía, una vida profesional nueva con grandes retos y muchas posibilidades, comparto mi testimonio para que entiendan que el cáncer detectado tempranamente es una oportunidad que la vida nos ofrece para fortalecernos y crecer. Nos permite encontrar nuestro verdadero camino y llevar un mensaje que salva vidas. El cáncer no entiende de títulos, de clases sociales, de edad y ni siquiera de sexo. Vivir esta experiencia nos enseña cuán poderosas podemos ser cuando aprendemos a ver la vida siempre del lado positivo. Sí, ciertamente no todas alcanzan la meta en esta carrera, pero de seguro han dejado huellas de amor en el camino. Su misión fue cumplida.
Con una fe inquebrantable, muchas veces de rodillas, enfrenté la experiencia más importante de mi vida aquel 28 de diciembre. Aprendí que tenemos que querernos y procurar ser felices, disfrutar las cosas sencillas que nos ofrece el día a día y aceptar que Dios siempre tiene el plan perfecto, que es muy superior al nuestro.
Hoy, como sobreviviente y miembro de la Junta de Directores de Susan G. Komen Puerto Rico, comparto mi testimonio con mucho sentimiento porque creo fielmente y hago mía esa promesa de amor que es la razón de ser de nuestra organización: erradicar el cáncer de seno para siempre.
No quiero que nadie más tenga que pasar por este camino. Me dedico a educar porque el conocimiento nos da poder.
“No todas las princesas tienen el pelo largo”… ¡Las reinas tampoco! Detección temprana = vida. ¡Tú decides!
La autora es especialista en medicina interna y miembro de la Junta de Directores de Susan G. Komen Puerto Rico.
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