En Puerto Rico se han identificado ocho variantes de las cuales algunas se consideran más contagiosas que la original
En Puerto Rico se han identificado ocho variantes de las cuales algunas se consideran más contagiosas que la original
Aunque a principios de año comenzó el proceso de vacunación contra el COVID-19, la batalla no termina. Hoy, tanto el virus original como sus variantes siguen siendo una amenaza para los puertorriqueños.
“Las variantes son cambios que se generan en el código genético del virus por diferentes mutaciones que ocurren a través del tiempo. Es decir, cambian los aminoácidos y se crea otra secuencia que cambia las propiedades que pueda tener el virus, como la facilidad con que se propaga, la gravedad de la enfermedad asociada y el rendimiento de vacunas o medicamentos terapéuticos”, explicó Yaritza Reyes, directora del sistema municipal de investigación de casos y rastreo de contactos de Guaynabo.
La Organización Mundial de la Salud (OMS), con el propósito de priorizar el monitoreo y la investigación global, ha clasificado las variantes del COVID-19 en dos: de interés (que tienen el potencial de ser peligrosas, pero que aún no han causado mucha ruptura) y de preocupación (que son más contagiosas, evaden algunos tratamientos, causan enfermedades más graves o superan las pruebas de diagnóstico).
“La vigilancia genómica es importante porque nos deja saber cuál es la variante que está afectando a las comunidades y así tomar decisiones”, sostuvo la epidemióloga.
Actualmente, según el informe preparado por el Cuerpo de Voluntarios, Una Sola Respuesta, y publicado por la Coalición de Salud Comunitaria de Puerto Rico, en la isla se han detectado ocho variantes:
Conocida como B.1.1.7, se identificó por primera vez en septiembre de 2020, en el condado de Kent, en Reino Unido. Esta variante es altamente transmisible y se ha detectado en más de 80 países.
Identificada como B.1.351, se detectó por primera vez en Sudáfrica y ha demostrado que es un 50 % más transmisible.
Nombrada inicialmente como P.1, fue vista por primera vez en Brasil. Ha evidenciado que puede eludir los efectos de tratamientos con anticuerpos.
Denominada como B.1,617.2, esta variante apareció en India en octubre del 2020. Hay evidencia de que podría causar un mayor riesgo de hospitalización.
Conocida como B.1.525 se vio inicialmente en Reino Unido y Nigeria.
Designada como B.1.526, se detectó por primera vez en Nueva York, en noviembre pasado. Esta variante hace que el virus se adhiera más fácilmente a las células que infecta y también hace que el virus sea menos reconocible para el sistema inmunológico.
Está clasificada como B.1.617.1 y se identificó en la India en octubre del 2020.
Está designada como C.37 y se detectó en Perú en agosto del año pasado.
Al cierre de esta edición, la variante que más se ha detectado en Puerto Rico es la delta, con más de 130 casos. Por esa razón, Reyes destacó la importancia de vacunarse contra el COVID-19.
El virus del COVID-19 sigue replicándose y generando otras variantes. La más reciente es la mutación delta plus, también identificada como B.1.617.2.1. Hasta el momento, se han detectado casos en Inglaterra, Canadá, India, Japón, Nepal, Polonia, Portugal, Rusia, Suiza, Turquía y Estados Unidos.
Esta es una mutación de la variante delta. Sin embargo, los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, en inglés) y la OMS no han determinado si la variante delta plus tiene las mismas desventajas de la cepa delta original, que incluyen mayor grado de transmisión entre personas, un aumento considerable en hospitalizaciones, un alza en la tasa de mortalidad en casos moderados a severos y la posibilidad de reinfección pese a contar con anticuerpos.
“Lo último que ha salido en la literatura científica es que las tres vacunas disponibles en Puerto Rico (Pfizer, Janssen y Moderna) siguen siendo efectivas contra las variantes”, indicó la epidemióloga municipal.
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