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¿Cómo te afecta el calor después de los 50 años?

Si se anticipan alzas en temperatura de cara al futuro, toda persona debe estudiar e identificar los síntomas y los tratamientos de una reacción a las temperaturas extremas

10 de septiembre de 2023 - 12:00 AM

Nota de archivo
Esta historia fue publicada hace más de 1 año.
Ingerir agua o líquidos con electrolitos, así como llevar ropa ligera ayudan a prevenir los golpes de calor ocasionados por las altas temperaturas. (Shutterstock)

El pasado mes de junio de 2023 fue uno de los meses más calurosos en récord en la historia moderna de Puerto Rico. Algunos municipios experimentaron temperaturas que sobrepasaron los 100 grados Fahrenheit. El municipio de Dorado registró 125 grados.

El calentamiento global dibuja un futuro en el cual los períodos de calor extremo serán más frecuentes y prolongados. Tanto es así que la meteoróloga Ada Monzón aseguró que este sería el último verano fresco de nuestras vidas.

El panorama luce difícil para toda la población, pero más aún para las personas adultas mayores, quienes componen el sector demográfico más vulnerable a los efectos del calor extremo.

Conforme a estudios realizados por los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés) el calor extremo es la primera causa de muerte por fenómenos atmosféricos en los Estados Unidos, cobrando la vida de 600 a 700 personas por año. A su vez, el calor extremo es un agravante de condiciones cardiovasculares, eventos neurológicos como derrames, esclerosis múltiples, condiciones autoinmunes y padecimientos respiratorios.

Según el doctor Joaquín Zalacaín, director de la sala de emergencia del Manatí Medical Center, la población en Puerto Rico esta sumamente vulnerable a sufrir enfermedades relacionadas con el calor debido a una combinación de factores, entre los cuales se suman “el alto porcentaje de humedad, mayores índices de personas con condiciones médicas crónicas como diabetes e hipertensión en comparación con Estados Unidos, la alta temperatura promedio durante todo el año y problemas relacionados con la falta de electricidad y los fenómenos atmosféricos como los huracanes”, acertó el médico quien comenzó su práctica hace 15 años como emergenciólogo.

El calor extremo se manifiesta en un espectro de síntomas que puede sufrir una persona en reacción a las altas temperaturas. Para el doctor, generalmente, estos se manifiestan en tres escenarios. Primeramente, a través de calambres o un síncope relacionado a la deshidratación propia de las temperaturas, ya que la sangre fluye hacia la piel en lugar del cerebro. Segundo, por vía de un agotamiento por calor causado por una exposición prolongada e intensa, sudoración excesiva y deshidratación que llevan el cuerpo al borde del colapso y por último, el golpe de calor o heat stroke, el cual “cobra unas cualidades parecidas a un derrame cerebral, ya que es un colapso entero del cuerpo cuando la temperatura se eleva a niveles críticos, provocando la disfunción de los órganos… estos casos se tienen que traer a sala de emergencias lo antes posible”, indicó Zalacaín, invitando, a su vez, a las personas a familiarizarse con estos síntomas, pues todos precisan de acción para evitar alguna fatalidad.

Los tratamientos para las condiciones causadas por el calor varían por síntoma y gravedad. Generalmente, una atención inmediata requerirá la aplicación de paños húmedos al cuerpo para agilizar su enfriamiento, ingerir líquidos con electrolitos, remover ropa pesada o de tela gruesa que retenga sudor y colocar a la persona en un lugar bien ventilado. Esta opción se complica como consecuencia de la inestabilidad del servicio eléctrico, el cual imposibilita la dependencia de acondicionadores de aire y otros instrumentos que pudieran ayudar a subsanar un evento de esta naturaleza.

En el caso de las personas adultas mayores, “se ha encontrado una correlación entre la temperatura promedio pico y la mortalidad de pacientes geriátricos”, expresó el médico. En parte, según informó, se debe a que los vasos sanguíneos de los adultos mayores “son más rígidos y no se disipa el calor igual que en otros grupos, el corazón no tiene la misma efectividad para bombear la sangre a donde se necesita y por otro lado porque hay un volumen muy alto de pacientes mayores diabéticos, con hipertensión, y otras condiciones que agravan el panorama”, instó. Por ello, según recomendó, si el evento no urge intervención médica, “se debe proceder con los pasos para asegurar el enfriamiento de la persona lo antes posible”, aseveró.

Entre los grupos en mayor riesgo también se ubican a las personas que trabajan directamente bajo el sol, personas con problemas de salud mental, personas usuarias de sustancias controladas y personas sin hogar.

Durante los meses más calurosos del verano, el doctor Zalacaín, atendió a un puñado de personas por condiciones relacionadas con las temperaturas. Esto, sin embargo, dista de su experiencia atendiendo pacientes en el estado de Florida con complicaciones tras el paso del huracán Irma, donde doce personas perecieron por agotamientos y golpes de calor ocurridos en zonas muy húmedas y sin servicio eléctrico.

Si se anticipan alzas en temperatura de cara al futuro, toda persona debe estudiar e identificar los síntomas y los tratamientos de una reacción a las temperaturas extremas. Como temática nacional, estos calentamientos deberán observarse desde el crisol de los efectos del cambio climático y su impacto en la salud pública.

La autora es periodista colaboradora de Suplementos.

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Este contenido fue redactado y/o producido por el equipo de Suplementos de GFR Media.

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