

Cuando pensamos en la condición de diabetes, esta se relaciona con aumentos de la glucosa en la sangre. Sin embargo, el paciente con diabetes tiene que reconocer que esta es una condición crónica con complicaciones asociadas.
“La condición de diabetes es una donde la hormona insulina no trabaja bien y, además, es deficiente. Existen dos tipos principales: la diabetes tipo 1 y la tipo 2. La diabetes tipo 1 es una condición autoinmune en la cual se producen anticuerpos en contra del páncreas, órgano que tiene células beta que son las que producen insulina. Cuando se tiene una respuesta a este anticuerpo, esta célula se destruye y disminuye la secreción de insulina. Por otra parte, la diabetes tipo 2 es el tipo más común y consiste de una resistencia de los tejidos a la función de la insulina combinada con una deficiencia en dicha hormona. Ambos tipos llevan a complicaciones, si no se tratan adecuadamente”, explicó el doctor José Milton García Mateo, endocrinólogo con práctica en Ponce y Guayama, y pasado presidente de la Sociedad Puertorriqueña de Endocrinología y Diabetología (SPED).
El galeno detalló que existen unos síntomas básicos que presenta la condición, sin embargo, en la mayoría de los casos, el paciente está asintomático. “Si el paciente presenta síntomas asociados con la hiperglucemia: poliuria (orina en exceso), polidipsia (mucha sed), polifagia (mucha hambre), pérdida de peso y visión borrosa, ya tiene niveles de azúcar muy altos. Estos síntomas están relacionados a que las células betas liberan menos insulina. La insulina es como la llave para permitir que el azúcar entre a las células, si esta no funciona y no es suficiente, esta azúcar se mantiene en la sangre, creando síntomas y las complicaciones”.
La gran mayoría de los pacientes que presentan cel diagnóstico llevan tiempo con los niveles de azúcar altos y no lo reconocen porque no han buscado ayuda o no se han diagnosticado correctamente en etapas tempranas de la enfermedad.
Existen, también, otras presentaciones clínicas en el paciente que vive con diabetes:
Se reconoce como un crecimiento anómalo en donde la piel se pone más gruesa y oscura. Esto es estimulado por niveles altos de insulina en la etapa de resistencia. La condición se puede presentar en el cuello, debajo de los senos, las axilas, la ingle y en otros pliegues de la piel. También se puede ver en pacientes que tienen obesidad severa o en mujeres que tienen el síndrome de ovarios poliquísticos, una condición que las predispone a padecer de diabetes tipo 2 y resistencia a insulina.
“Muchos de estos pacientes, cuando se les evalúa clínicamente y se les realizan pruebas para buscar evidencia de prediabetes, ya tienen un diagnóstico de diabetes. La apariencia de la condición puede mejorar con el control glucémico y de peso”, añadió García.
El problema con la cándida es que pueden ser infecciones en el área genital, piel u oral. Mayormente, se refleja en las mujeres por la flora vaginal y aumenta en pacientes que tienen el azúcar descontrolada.
Esta condición está intrínsecamente relacionada con los niveles glucémicos, los cuales, si el paciente no tiene debidamente controlados, lleva a un sistema inmunológico más débil, dando la oportunidad a desarrollar infecciones oportunistas, en especial las que son causadas por hongo. Igualmente, si el paciente utiliza medicamentos para regular los niveles de azúcar en la sangre, cuyo mecanismo involucra eliminar glucosa por la orina, puede aumentar el riesgo de dichas infecciones. De ocurrir esto, se ofrece tratamiento dirigido a la infección, pero, en la mayoría de los casos, no se descontinúa el medicamento antidiabético para evitar el descontrol del azúcar.
La agudeza visual puede verse afectada por las fluctuaciones de glucosa en la sangre. Dentro del ojo, cuando los niveles de azúcar en la sangre aumentan, ocurren cambios de volumen que alteran el lente ocular. Estos cambios no necesariamente son permanentes.
“Tengo pacientes que llegan con visión borrosa y esa es la forma en que dan con un diagnóstico de diabetes”. Por otra parte, la retinopatía es otra complicación crónica de la condición, la cual puede ser permanente y es la causa principal de ceguera. Estos cambios en el ojo son a nivel vascular, provocados por proteínas asociadas a moléculas de azúcar que se depositan en las arterias o los vasos sanguíneos pequeños que están en la retina.
“Por estas razones, es importante que el paciente se realice, anualmente, un examen de la vista donde se examine la retina con dilatación de pupilas o [con] una foto retinal, interpretada por un especialista en oftalmología”, recomendó el endocrinólogo.
Aunque existen muchas teorías, todavía puede ser algo controversial asociar la diabetes con demencia. Se desconoce si muchas de estas demencias son por causa de las complicaciones vasculares que trae consigo la diabetes o por depósitos de la proteína amiloide dentro de las células del cerebro.
“En varias ocasiones, vemos problemas de arterosclerosis, que no solamente afectan las arterias coronarias o periferales, sino también el área cerebrovascular, provocando lo que se conoce como demencia vascular”, amplió.
Esta es una de las complicaciones más comunes en las personas de edad avanzada. Un paciente que vive con diabetes tiene más riesgo de desarrollar osteoporosis y fracturas relacionadas con esta condición que aquel que no vive con diabetes. La diabetes tipo 1, usualmente, tiene condiciones autoinmunes relacionadas como la artritis reumatoidea que predispone a osteoporosis. Mientras, el paciente que vive con diabetes tipo 2 está más predispuesto a fracturas por osteoporosis, en muchos casos con niveles de masa ósea normales.
García Mateo explicó que en el paciente con diabetes que se le realiza una densitometría ósea y se le determina el riesgo a fracturas por lo que se le conoce como FRAX score (Fracture Risk Assement Tool), se modifica la ecuación y se coloca el diagnóstico de diabetes como uno de los factores que aumentan dicho riesgo.
Menciona el galeno que el paciente que vive con diabetes tiene complicaciones a niveles micro y macrovasculares que, a su vez, aumentan las complicaciones en áreas como el pie.
La enfermedad periferal arterial es una condición macrovascular que causa obstrucción y disminución en el flujo sanguíneo del área distal de las extremidades, especialmente los pies. En complicaciones más tardías, el paciente podría desarrollar neuropatía, en donde se pierde la sensación y, si sufre algún trauma en la extremidad, podría no darse cuenta hasta que es muy tarde.
“De aquí proviene el desarrollo de úlceras en los pies y otras áreas distales. La causa número uno de amputaciones traumáticas de las extremidades inferiores es la diabetes. Esto se puede prevenir, orientando al paciente a que evite estar descalzo, inspeccione frecuentemente sus pies y, de tener algún problema, buscar ayuda con un médico o un podiatra para una evaluación”, exhortó.
El médico recalcó que la causa número uno de enfermedad renal crónica y fallo renal es la diabetes. Sin embargo, los pacientes que están en estadios más tempranos de la enfermedad crónica del riñón, aproximadamente del 80 al 90 %, no conocen que la tienen. Más aún, en etapas tardías, donde el paciente está a punto de entrar en fallo renal, aproximadamente el 45 % se da cuenta cuando ya requiere diálisis o trasplante. Esto puede evitarse, haciendo pruebas de función y daño renal de cernimiento al menos anualmente.
“Es importante que los pacientes conozcan su condición. Hacer modificaciones en estilos de vida, darse seguimiento no solo con el médico primario, sino también con su especialista, nutricionista o entrenador físico. Monitorear los niveles de azúcar (incluyendo tecnología avanzada de monitor continuo de glucosa), bajar de peso y controlar la presión y los niveles de grasa en la sangre, así como velar que los niveles de colesterol, triglicéridos, presión sanguínea y peso corporal estén en los márgenes adecuados son estrategias que ayudarán al paciente. Determinar otras condiciones asociadas como apnea del sueño e hígado graso es de alta importancia. Por otra parte, el apoyo familiar y la ayuda psicológica son grandes herramientas para que la persona acepte y viva con su condición”, exhortó finalmente.
De la misma forma, el doctor alertó sobre el trabajo que continúa realizando la Sociedad Puertorriqueña de Endocrinología y Diabetología, que publican sus investigaciones y hallazgos para mantener la comunidad médica y a los pacientes educados. Para más información, puedes acceder a www.spedpr.com o buscar en Facebook bajo SPED.
La autora es periodista colaboradora de Suplementos.
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