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Detienen a destituido líder militar tras intento de golpe de Estado en Bolivia

Juan José Zúñiga fue capturado por orden de la Fiscalía General luego de que lideró a un grupo de militares que con tanques irrumpieron en la sede del Ejecutivo en La Paz

26 de junio de 2024 - 4:24 PM

Updated At

Actualizado el 26 de junio de 2024 - 7:36 PM

La Paz - El destituido comandante Juan José Zúñiga, acusado de un intento de golpe de Estado en contra del gobierno del presidente de Bolivia, Luis Arce, fue capturado al salir de la sede del Estado Mayor en la noche del miércoles, luego de que lideró a un grupo de militares que con tanques irrumpieron en la sede del Ejecutivo en la ciudad de La Paz.

Efectivos militares y vehículos blindados comienzaron a retirarse de palacio presidencial de Bolivia tras el intento de golpe.

El primer ejecutivo boliviano denunció más temprano el miércoles “movilizaciones irregulares de algunas unidades del Ejército Boliviano” e hizo un llamado a respetar la democracia, lo que generó temores de un golpe de Estado en el país, mientras imágenes de televisión mostraban el despliegue de uniformados frente al Palacio de Gobierno en La Paz.

El exmandatario boliviano Evo Morales, también en un mensaje en X, antes Twitter, denunció la movilización de militares en la plaza Murillo, donde se encuentra la sede del gobierno, y mencionó que “se gesta el Golpe de Estado”.

Imágenes de televisión mostraban varias tanquetas militares y un grupo de soldados frente a la sede gubernamental, que más tarde llegaron a ingresar al palacio, tras forzar la entrada con los vehículos blindados.

El comandante general del Ejército, Juan José Zúñiga, presente en la misma plaza Murillo confirmó la movilización de uniformados y dijo: “Estamos molestos por el ultraje que hay, ya basta”. Sin dar más detalles de a qué se refería, habló en televisión de “ataques a la democracia” y de que “pronto habrá un cambio de gabinete”.

El Palacio de Gobierno de Bolivia estaba resguardado por unidades de la policía y en la puerta se encontraba el miércoles también el ministro de Gobierno, Eduardo del Castillo, mientras al frente había tanquetas militares y varios soldados movilizados, según mostró la televisión.

Más tarde se vio a Arce en imágenes de televisión encarando a Zúñiga en el pasillo del palacio: “Yo soy su capitán y le ordeno que repliegue a sus soldados y no voy a permitir esta insubordinación”, le dijo el mandatario al comandante del Ejército.

En un mensaje nacional difundido en directo, el presidente boliviano insistió en hacer un llamado a la democracia con apoyo de organizaciones sociales. “No podemos permitir que una vez más intentonas golpistas se lleven las vidas de bolivianos”, rechazó.

Pidio al pueblo que se movilice contra el despliegue militar. “Saludamos a las organizaciones sociales y las invitamos cordialmente a que nuevamente muestren el camino de la democracia”, animó.

Previamente, la ministra de la Presidencia, María Nela Prada, denunció que se trató de intento de golpe de Estado. “La plaza Murillo ha sido tomada por militares y tanques. Es un intento de golpe de Estado. El pueblo está en alerta para defender la democracia”, dijo al canal Red Uno.

Zúñiga habló después en medio del despliegue de militares en la plaza Murillo, cuyos accesos fueron bloqueados, y denunció que “una élite se han adueñado del poder, del Estado”.

Dijo que las Fuerzas Armadas quieren reestructurar la democracia y pidió la libertad de todos los presos políticos, mencionando a la expresidenta interina Jeanine Añez y a Luis Fernando Camacho, gobernador de la rica provincia de Santa Cruz, ambos en prisión. “No puede ser que subalternos estén presos por haber acatado órdenes”, en relación con el juico y condenas contra jefes militares que participaron en la crisis política de 2019 que derivó en la renuncia del presidente Evo Morales (2006-2019).

“Queremos establecer la democracia... Al ejército no le faltan cojones para velar por el mañana de nuestros niños”, recalcó el mando militar sobre el hartazgo de los uniformados ante las decisiones de la clase política. Están pendientes de aprobar por el Legislativo las listas de ascensos en el Ejército en medio de las pugnas entre los sectores del oficialismo.

El día anterior, el comandante Zúñiga dijo en una entrevista televisada que si el exmandatario Evo Morales mantenía sus intenciones de ser candidato de nuevo a la presidencia, podrían llegar a detenerlo.

Partidarios al presidente se reunieron en la plaza y gritaban consignas a su favor como “Lucho, no estás solo” o “Fusil, metralla, el pueblo no se calla”. Los militares lanzaron gas lacrimógeno para dispersarlos.

La Secretaría General de la Organización de Estados Americanos condenó lo sucedido en Bolivia y apeló a que el Ejército se someta “al poder civil legítimamente elegido”.

Luis Almagro, secretario general de la OEA, se pronunció desde Asunción y rechazó la situación: “La comunidad internacional, la OEA y la secretaría general de la OEA no tolerarán ninguna forma de quebrantamiento al orden constitucional legítimo en Bolivia, ni en ningún otro lugar”.

Por su parte, el presidente chileno, Gabriel Boric, condenó la actuación militar en un mensaje en X y trasladó su preocupación por la situación en Bolivia. “Condenamos enérgicamente la inaceptable acción de fuerza de un sector del ejército de ese país”, indicó.

El mandatario paraguayo, Santiago Peña, también mostró su apoyo al gobierno boliviano: “Hacemos un enérgico llamado a respetar la democracia y el Estado de Derecho”.

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