Con subvenciones, servicios especializados, colaboraciones e incubación de empresas, el Centro Molecular establece su hoja de ruta para el éxito a largo plazo
El Centro Molecular es un espacio que provee la infraestructura, el equipo y el personal necesario para facilitar la investigación científica y la innovación tecnológica. En el Centro se han creado las condiciones para ofrecer un amplio espectro de servicios que garanticen su sostenibilidad estructural, operacional y financiera.
El Centro Molecular de la UPR inició su camino hacia la autosuficiencia económica, mediante un modelo que incluye espacios colaborativos de laboratorios que funcionan como incubadoras para pequeñas empresas, así como con el ofrecimiento de servicios técnicos científicos y de negocios a la academia y al sector privado.
“Nuestro modelo busca contar con distintas fuentes de ingresos para que el Molecular sea autosuficiente”, sostuvo Mario Jordi Maura, director de Negocios del Centro Molecular.
Como parte del plan estratégico y de desarrollo del Centro Molecular, se han reservado algunos espacios de laboratorio, que sirven como incubadora para empresas incipientes que deseen colaborar con la Universidad de Puerto Rico, para, juntos, adelantar su portfolio de propiedad intelectual.
Además, ofrece servicios de estudios preclínicos, así como de investigación científica; biomoléculas, moléculas pequeñas y caracterización de materiales; materiales de cultivo de células y tejidos biológicos; desarrollo y optimización de productos; consultoría científica; asesoramiento y consultoría preclínica; y talleres de emprendimiento para empresas emergentes (startups) e investigadores, entre otros.
“Tenemos empresas ya establecidas solicitando nuestros servicios, como farmacéuticas que necesitan validaciones de distintos procesos y caracterización de medicamentos. Para la parte de estudios preclínicos, los han solicitado empresas dentro del área de farmacéutica y dispositivos médicos”, mencionó Maura. “Empezamos a alquilar espacios desde 2021 y hemos visto que la mayoría de las empresas que llegan son incipientes en las áreas de biotecnología. Hemos acogido a empresas europeas, locales y de Estados Unidos”.
“Por otro lado, tenemos muchos investigadores con grants (subvenciones) a quienes se les ofrecen distintos servicios que sus investigaciones les requieren”, agregó.
Se espera que, en septiembre de este año, el Centro Molecular inaugure el Centro ASTRE (Advancing Science and Technology Research and Entrepreneurship), que estará en el quinto piso del edificio y funcionará como una incubadora de startups en el área de las ciencias moleculares. Allí, el centro de investigación contará con 12,000 pies cuadrados adicionales para alquiler de espacios, además de otra fuente de ingresos: el ofrecimiento de servicios de desarrollo de modelos de negocios para ayudar a esas empresas emergentes a crecer.
“En el Centro ASTRE las empresas tendrán acceso a instrumentación, técnicos, expertos y apoyo para el desarrollo de sus negocios. Es como un servicio de business concierge”, expuso Maura. “Contaremos con servicios como proveer entrenamiento, estudios de viabilidad y proyecciones financieras, y apoyo para propuestas SBIR (Small Business Innovation Research) y STTR (Small Business Technology Transfer)”.
En el cuarto piso, está previsto que, en el 2026, abra sus puertas el Centro de Incubación y Transferencia de Tecnología, que se está desarrollando con fondos de los Institutos Nacionales de Salud (NIH, por sus siglas en inglés) con el propósito de trabajar en el desarrollo de vacunas y biosimilares. Esto sumará 10,000 pies cuadrados para arrendamiento. Cuando ambos centros estén listos, “en todo el edificio, tendremos unos 40,000 pies cuadrados para que puedan venir empresas y establecer sus operaciones en colaboración directa con la UPR”, dijo Maura.
Tanto en el cuarto como en el quinto nivel, se prevé contar con cuartos limpios (clean rooms), que son áreas de ambiente controlado donde se minimiza la contaminación por partículas de polvo, microbios, aerosoles y vapores químicos. Estos resultan útiles para industrias como la farmacéutica y la de dispositivos médicos.
Autorizado por la Oficina del Contralor Electoral OCE-SA-2024-09139
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