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¿Se acerca el fin de las hepatitis virales?

Dos especialistas reaccionan al plan para reducir casos nuevos

29 de agosto de 2023 - 10:32 AM

Nota de archivo
Esta historia fue publicada hace más de 1 año.
Al enfrentar un diagnóstico, es crucial asumirlo, con el apoyo del médico, y saber que existen alternativas para eliminarlo. (Shutterstock)

En 2021, el Departamento de Salud y Servicios Humanos de Estados Unidos (DHHS) presentó el “Plan Estratégico Nacional para la Hepatitis Viral: Una Hoja de Ruta para la Erradicación”. Con la visión de un mundo sin hepatitis virales, la División de Hepatitis Viral, adscrita a los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, en inglés) se propone erradicar la epidemia de estos tipos virales de hepatitis, a través de prácticas de salud pública e investigación.

Para el 2025, el plan tiene cuatro metas importantes: reducir nuevas infecciones de hepatitis virales, disminuir su morbilidad y mortalidad, así como atender las disparidades relacionadas con la condición en poblaciones en desventaja sociocultural, mientras se refuerza la vigilancia a través de tácticas de salud pública.

A finales de abril de este año, el Departamento de Salud de Puerto Rico compartió en su página web el borrador para el “Plan para la Eliminación de las Hepatitis Virales en Puerto Rico”. Liderado por agencias gubernamentales y organizaciones sin fines de lucro –entre otros sectores–, este plantea la replicación del plan establecido por el DHHS, con los mismos objetivos.

De acuerdo con dos especialistas en gastroenterología y trasplante de hígado, estas metas son extraordinarias y ven con optimismo la posibilidad de erradicar las hepatitis virales.

Opinión basada en evidencia práctica

Por ejemplo, el doctor Iván Antúnez González –quien lleva dos décadas de práctica como gastroenterólogo y especialista en trasplante de hígado–, diariamente tiene contacto con pacientes que adquirieron un tipo de hepatitis viral y prosiguieron adelante sin un manejo temprano de su condición, por razones que, a su juicio, se vinculan con el estigma que aún carga esta enfermedad.

Para el especialista, ese es uno de los mitos más difíciles de eliminar.

“Me preocupa mucho que todavía se piense que cualquier hepatitis viral se debe a que fuiste usuario de sustancias inyectables o tuviste conductas (sexuales) de alto riesgo. Por eso, hay que aclarar constantemente que muchas personas que adquirieron el virus no necesariamente se comportaron de esa manera”, subrayó. El especialista recalcó la importancia de capturar a más personas nacidas entre 1945 y 1965 (Baby Boomers), ya que es una población de alto riesgo.

El médico describió como otro mito enfocarse en la causa de la exposición al virus.

“Al enfrentar un diagnóstico –que siempre es fuerte– buscar el por qué o cómo llegó no resolverá el problema. Es crucial asumirlo, con el apoyo del médico, y saber que existen alternativas para eliminarlo –sobre todo en el caso de la hepatitis C. También hay que educar”, destacó.

Otro mito que subrayó Antúnez González es pensar que no hay una cura ni tratamiento para estas condiciones. De acuerdo con los CDC y el DHHS, las hepatitis A y B son prevenibles a través de una vacuna; la hepatitis C ahora puede erradicarse a través de tratamientos innovadores que pueden eliminar el virus en entre ocho y doce semanas. “Eso es un gran logro y le añade nuevas posibilidades a quienes lo padecen”, recalcó.

Por su parte, el doctor Rafael Pastrana Laborde –también gastroenterólogo y especialista en trasplantes hepáticos– dirige el Centro de Trasplante de Hígado del Hospital Auxilio Mutuo, en Río Piedras, desde que esta instalación especializada se inauguró en 2011.

A juicio de Pastrana Laborde, el plan de erradicación se está manejando desde hace unos años, pero, según opinó, todavía hay mucho desconocimiento sobre las hepatitis virales.

“La hepatitis B prácticamente tiene cura”, aseveró el especialista. “Con dos meses de tratamiento, un 97 % de los pacientes eliminan la condición. Ahora bien, es importante entender que hay herramientas para reducir los riesgos y, en el caso de la exposición, podemos ayudar a que pueda erradicarse, según lo propuso el Departamento de Salud federal desde la pasada década”, explicó.

Una realidad importante que destacó Pastrana Laborde es que los tratamientos para las hepatitis virales están cubiertos por el plan de la Reforma de Salud. “En el caso de aquellos pacientes que están coinfectados con el VIH, tienen una ventaja aún mayor. Por lo general, no son los pacientes que vemos en nuestra población, porque muchos de ellos reciben servicios de cuidado clínico a través del Programa Ryan White, así que reciben un tratamiento mucho más dedicado, lo cual les favorece”, detalló.

Uno de los mitos que Pastrana Laborde invocó, al igual que Antúnez González, tiene que ver con el prejuicio y la desinformación. “Muchas veces, las personas tienen miedo de hablar de estos temas porque todavía se asocia [la condición] con ciertos estilos de vida. Por eso, es importante continuar la conversación abierta sobre este tema”, explicó.

Por otro lado, para este especialista, una realidad es que, por esa misma razón, muchos pacientes que pudieran ser trasplantados por daño hepático no completan el proceso porque ya han desarrollado complicaciones más serias. “Aunque nuestros números son muy buenos en comparación con el promedio en Estados Unidos, la realidad es que solo cuatro de cada diez pacientes logran completar ese proceso de trasplante. Lamentablemente, ocurre porque ya están muy complicados y fallecen –esa es la parte más dura de nuestra práctica”, admitió.

Sin embargo, el especialista destacó que la reducción en trasplantes de hígado por causa de las hepatitis virales se ha reducido de manera dramática. “Diría que ahora estamos trasplantando más pacientes por hígado graso [que por hepatitis]”, apuntó.

Un futuro promisorio

Tanto para Antúnez como para Laborde, las iniciativas planteadas por el DHHS, a las que el DS igualmente se suscribe, proponen la erradicación de las hepatitis virales en un futuro no muy lejano.

“Tenemos las herramientas, los tratamientos han funcionado y, si reforzamos tanto la educación como la prevención efectiva, no hay razón por la que este plan no se complete con éxito”, terminó Antúnez González.

“Las pruebas para hepatitis virales deben hacerse por lo menos una vez en la vida”, recalcó Pastrana Laborde. “Ojalá que esta información se siga promoviendo más y que, igualmente, apoyemos estas iniciativas”, concluyó.

El autor es periodista colaborador de Puerto Rico Saludable.

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Este contenido fue redactado y/o producido por el equipo de Suplementos de GFR Media.

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